Coincidencia o no, dos de los últimos proyectos fallidos del Ministerio de Transportes (el vial de Jove y el bache de la 'Y' en Serín) salieron de la misma consultora: TPF Getinsa Euroestudios.
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La empresa firmó en enero de 2018 el proyecto ... de reconstrucción de un tramo de 200 metros de firme en Serín. El objetivo era diseñar los trabajos que contuvieran la ladera anexa, que presiona el hormigón y lo rompe, provocando una brecha en mitad de la calzada, concretamente donde confluyen los vehículos procedentes de Gijón y Oviedo en sentido hacia Avilés. La obra se encargó en 2019 y tuvo que pararse en 2020. Las cimentaciones para parte de la red de pozos drenantes no daban la estabilidad esperada. Tocó tramitar un primer modificado.
El pasado septiembre se retomaron los trabajos, ahora directamente sobre el firme. Para ello se activó un desvío de tráfico. El proyecto preveía demoler la losa de hormigón, de 22 centímetros, retirar la base de grava de cemento, de 16 centímetros, y la subbase granular, de 20. Una vez levantados esos 58 centímetros la idea era ver cómo estaba el terreno y sanear lo que fuera necesario, cuestión que no se dejó acotada en el proyecto. Se entendía que habría que acordar un modificado en función de la dimensión del problema. Ese es el punto en el que se encuentra ahora la Dirección General de Carreteras. Una vez reconstruida la primera calzada ya tiene una idea más precisa de cuánto deberá excavar.
En 2017 la Autoridad Portuaria licitó por 259.182 euros la asistencia técnica para la redacción del proyecto de trazado y construcción del acceso por Jove. De los 15 aspirantes, el encargo se lo llevó TPF por ser «la oferta más ventajosa económicamente», con 117.927 euros. Es un presupuesto bajo, sobre todo si se tiene en cuenta que después la obra se licitó en 285,7 millones.
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La tesis de la Autoridad Portuaria es que, en el fondo, la tarea consistía en actualizar el proyecto redactado años antes por otra consultora, Apia XXI, a la que contrató por 910.577,33 euros.
Sin embargo el asunto fue por otros derroteros. La Dirección General de Carreteras entró a supervisar y tutelar el proyecto, requiriendo cambios. TPF adujo que le estaban forzado a hacer un proyecto nuevo, algo que excedía lo contratado; giró reclamaciones a la Autoridad Portuaria solicitando que se le pagara más por la tarea, algo que no fue atendido. Finalmente asumió que debía terminar el documento para luego reclamar sobre ello. La corrección de su diseño fue luego avalada por la Oficina de Supervisión de Proyectos del ministerio. El pulso por esa factura continúa, con anuncio de TPF de llevar a los tribunales la cuestión.
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