«El viaje es largo, pero volveremos»

Para Cristina Torrecillas, Enrique Moreno y su hijo Arnau Moreno la región no resulta tan familiar: «Es la primera vez que venimos a Asturias, nunca habíamos estado antes», confirma Torrecillas, encantada con el paisaje y con los planes que sus amigos les han preparado. «Decidimos venir porque nos hablaron muy bien de la zona y ahora que tenemos un poco de tiempo hemos aprovechado la oportunidad de conocerla».

Sin embargo, el reloj apremia en su 'tour' por algunos de los lugares más señalados de la ciudad: «Es un viaje rápido, mañana ya nos marchamos, así que vamos con el tiempo justo. Estuvimos en Oviedo viendo el partido contra el Andorra, hoy visitamos Gijón y también tenemos planeado ver Avilés y Luanco. Y mañana ya nos volvemos para Barcelona», cuentan cruzando los dedos para poder verlo todo y para que el día aguante sin llover. Algo que a la familia Troté-Expósito no le preocupa demasiado, pues tantos veranos viniendo a la región acaban haciendo que cualquiera se acostumbre al orbayu y a los cambios repentinos del clima.

Pero, aunque su agenda sea apretada, siempre se consigue encontrar un rato libre para descansar y sobre todo, para comer: «En nuestros planes entra comer cachopo, por supuesto. Lo cenaremos hoy», ríe Enrique Moreno, emocionado por la idea. «Nos encanta la comida de aquí, de hecho es una de las cosas que más nos gusta de Asturias». No obstante, «hay mucho que aún nos ha quedado por ver y por hacer», confirma Moreno.

Un ejemplo de ello es la Feria de Muestras. Un evento que la familia no conocía y al que sus amigos van todos los años, a excepción de este, en el que han tenido que lidiar con otra misión más importante: «Siempre vamos a la Feria, este es el primer año que no lo hacemos, porque estamos de anfitriones. Aunque siempre es lo mismo, está bien para pasar el día. Pero nosotros encantados de no haber podido ir por enseñarles Asturias», cuenta Troté, señalando a sus amigos. Sea como sea, seguro que el año que viene tienen la oportunidad de volver a visitarla en compañía los unos de los otros, y de enseñarles a sus compañeros todo lo que la Fidma tiene para ofrecer, al igual que lo han hecho con Asturias.

Gijón ya tiene un rincón en el corazón de alguno de ellos: «Es muy bonita, nos ha encantado. La gente, la comida, el paisaje... todo es precioso», concluía Marta Torrecillas. Es por esto por lo que no resulta extraño que, a la pregunta de si volverán, tanto novatos como veteranos asientan sin dudar: «Definitivamente volveríamos. Aunque sea mucho tiempo de viaje», zanjan reconociendo el único inconveniente, tan pesado como obvio.