Veriña, Poago y Tremañes vuelven a anegarse

«Otra vez lo mismo. Cada vez que llueve fuerte el agua acaba entrando y ya no sabemos que hacer», lamenta Esperanza Díaz, mientras se afana en intentar sacar con un cepillo el agua que inunda su nave. Esta vecina del Camín de La Estación, en Veriña, lleva años viendo cómo se repite la misma escena: «Cada vez que cae una tromba de agua, de la ladera cercana sale como una cascada que acaba inundando los bajos hasta más arriba de la rodilla». Esta reiterada circunstancia impide que pueda hacer el uso que necesita del almacén donde guarda material, herramientas y a sus preciadas gallinas. «La maquinaria tenemos que tenerla puesta arriba del todo, porque ya se nos estropeó varias veces. También se me murieron un montón de gallinas. Vamos, que no se puede meter nada aquí ya», comenta resignada.

Díaz asegura que ya ha notificado en numerosas ocasiones los problemas que causan estas avenidas de agua en el Camín de La Estación. Incluso, «estuvieron aquí mirando los del Ayuntamiento, pero nada, seguimos igual», reprocha. El principal problema de esta zona viene «de la falta de cunetas en el camino», asegura Néstor Álvarez, presidente de la asociación de vecinos de Veriña. «El agua no tiene canalización y acaba bajando por la carretera y entrando en los bajos», explica.

Esta no fue la única incidencia provocada por el temporal en Veriña. La carretera de acceso al cementerio volvió a quedar bajo el agua, impidiendo el paso a los peatones y poniendo en complicaciones a más de un conductor. «Esta es otra de las cosas que ocurren siempre que llueve fuerte, porque se trata de una obra mal realizada. Pasar caminando es imposible y con el coche te la juegas porque, según el momento, el agua te entra por las puertas del vehículo», indica.

Preocupa, también, el estado de la cubierta del local de la asociación vecinal, convertida ayer en una piscina.

«Se trata de una superficie completamente plana que no desagua. El edificio tiene dos años, pero de seguir así no cumplirá los tres sin filtraciones», señala Álvarez. La asociación de vecinos afirma haber pedido ayuda en febrero para solucionar esta deficiencia. «Hemos llamado, enviado escritos, mensajes, pero aún no tenemos respuesta del Consistorio», afirma, el representante vecinal.

Otro de los puntos más conflictivos del concejo de Gijón por la acumulación de agua es el puente de Cadavieco, en Fontaciera. El río Pinzales volvió a anegar ayer este paso que tuvo que ser cerrado al tráfico. «Creemos que se reabrirá pronto. El río no parece bajar tan fuerte como en otras ocasiones. Esperemos que siga así», indicaba el presidente de la asociación de vecinos de la parroquia, Javier Fernández. Este martes se repitió también el corte del túnel del Camín de Tremañes. La Policía Local cerraba por la mañana el paso, totalmente anegado en sentido hacia La Calzada.

«Necesitamos que lo solucionen. Llevamos cuatro días así. Te obliga a dar un rodeo tremendo para salir de Tremañes. Si no tienes que pasar en dirección prohibida con el riesgo que supone», protesta Javier Da Costa, vecino del barrio. También quedó anegado el Parque Fluvial de Viesques junto al Canal del Molín.

En el resto de Gijón, las únicas incidencias destacadas fueron las relacionadas con la caída de cascotes. En la calle Ribadesella el desprendimiento de una cornisa obligó a intervenir a los bomberos a última hora de la tarde.