Vecinas de Jove empaquetan las rosquillas de San Blas que saldrán a la venta el próximo lunes en la parroquia. Arnaldo García / Vídeo: Diejo Abejón

Una veintena de gijonesas preparan 700 kilos de rosquillas por San Blas

Son vecinas de Jove, y algún vecino, quienes se encargan de empaquetar 10.000 bolsas de sus tradicionales dulces 'sanadores'. Los repartirán el lunes y ya se pueden adquirir tickets en los puntos de venta

María Agra

Gijón

Miércoles, 29 de enero 2025

Cerca de una veintena de vecinas de Gijón –y algún que otro vecino–, mano a mano, preparan, empaquetan y sellan desde este miércoles en la iglesia parroquial de Jove más de 10.000 bolsas de las tradicionales rosquillas 'sanadoras' de San Blas, que este año superan los 700 kilos, «un poco más» de los que hicieron el año pasado, apunta Víctor Pando, vecino del barrio y uno de los encargados de la producción de estos dulces desde hace 27 años. Un trabajo mecánico que les mantendrá ocupados hasta mañana para dejarlo todo listo de cara al próximo lunes, 3 de febrero, cuando esperan recibir a cientos de gijoneses y agotar los 700 kilos de rosquillas.

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Pero también hay que preparar pedidos. «La gente se vuelve loca. Hay personas que llevan 100 paquetes porque los quieren para sus nietos, para sus hijos, para mandarlos a Madrid...», cuenta Pando. Incluso hay quien trata de recoger sus paquetes antes del 3 de febrero para evitar el 'jaleo' que se forma en la parroquia, pero «hasta el Día de San Blas no se pueden entregar».

Dos euros el paquete

Cada bolsa tiene un precio de dos euros y lleva diez rosquillas. «Antes metíamos seis, pero subimos un poco el precio tras cinco años manteniéndolo y decidimos añadir más», explica. La decisión responde al incremento de los precios de la materia prima (harina, manteca y azúcar), sobre todo el de la manteca, sumado a los costes de producción de los dulces.

«Primero los elaborábamos aquí, pero llegó un momento en que ya no podíamos y hablamos con una fábrica que las hace con nuestra fórmula y no se las puede vender a nadie», asegura.

Puntos de venta

Como el dinero «es veneno, y a uno se le olvida en el bolso y a otro le desaparece», la venta de rosquillas se hace a través de papeletas en siete locales, que son la Sidrería Román, la farmacia de Jove, los restaurantes Tírate al matu y Les Cabañes-Casa Caela, la tienda El Sol y las parroquias de Fátima y Jove, donde «ya llevamos dos meses vendiendo tickets después de misa porque si no la gente viene y te come».

El párroco de Jove, Eduardo Zulaiba, bendecirá las roquillas este sábado, a las 13 horas, para empezar a repartirlas el lunes a primera hora, como llevan haciendo cada 3 de febrero desde 1942.

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