Veinte años de la recuperación de una figura replicada en toda España

De esa iniciativa pionera se cumplen veinte años en 2019. Dos décadas en las que Gijón se situó como la primera ciudad española en recuperar la figura del sereno. 36 personas, incluyendo el personal de oficina, trabajan en este momento para mantener vivo este servicio. De ellos, 31 son los vigilantes nocturnos que son perfectamente identificables por su uniforme de zapatos negros, pantalones gris marengo, camisa blanca, jersey granate, forro polar y chaquetón. Además, cada uno de ellos cuenta con una emisora de radiofrecuencia, linterna, silbato, teléfono móvil y una bolsa en la que, entre otras cosas, portan planos de la ciudad para los turistas y tarjetas de visita que dejan con anotaciones en comercios y comunidades de vecinos cuando son precisas.

La actividad de los serenos se ha consolidado gracias a la colaboración económica de comerciantes, comunidades de vecinos y del Ayuntamiento de Gijón. En la actualidad la empresa de los serenos se financia con 397.000 de euros de un convenio municipal con Asata para cubrir nóminas y seguridad social de los serenos. Otros 350.000 euros se ingresan de cuotas privadas.

La experiencia acumulada en estos casi veinte años ha convertido a los serenos de Gijón en referencia y modelo de funcionamiento para otras muchas ciudades españolas. La idea que nació en Gijón ha sido replicada por otros ayuntamientos que han apostado por recuperar la figura del sereno como Vitoria, Barakaldo, Vigo, Torrelavega y Murcia. Los últimos son Oviedo (a mediados de este año) y Santa Coloma de Gramanet, en Cataluña.