Secciones
Servicios
Destacamos
OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Lunes, 19 de agosto 2019, 02:49
José Antonio Suárez Suárez, vecino de la parroquia de Fano, se encontraba el viernes por la tarde recogiendo ciruelas en una finca que tiene en Muñó cuando fue atacado por un enjambre de avispas asiáticas. La rápida actuación de su esposa, Isolina Suárez ... Rodríguez, fue crucial para evitar una tragedia. «Nada más que le picaron se empezó a poner muy rojo, se le hincharon partes del cuerpo y empezó a encontrase muy mal, así que automáticamente al ver cómo estaba, fuimos directos al Hospital de Cabueñes», relata la mujer.
También Isolina sufrió varias picaduras, pero el peor parado fue José Antonio por ser alérgico. El hombre ingresó en el área de urgencias y nada más comprobar su estado, los sanitarios le inyectaron adrenalina para evitar que sufriese un shock anafiláctico. Quedó ingresado y horas después volvió a sufrir una recaída. «A las cinco de la mañana le empezó a doler muchísimo la cabeza y a encontrar muy mal, le tuvieron que volver a pinchar...», relata.
Al día siguiente recibió el alta hospitalaria y regresó a su casa de Fano para continuar con la recuperación física y reponerse del importante sobresalto causado por la especie invasora que en junio le provocó la muerte a un hombre de 32 años en San Tirso de Abres y que sin ir más lejos la semana pasada a punto estuvo de cobrarse la vida de un especialista en retirada de nidos en Candamo.
No era la primera vez que José Antonio Suárez sufría una reacción alérgica por picadura de avispa, si bien, la ocasión anterior, al tratarse de una avispa común, con menor potencia de veneno, las consecuencias fueron de menor envergadura. «Aquella vez le pusieron cortisona y no se puso tan malo», relata Isolina Suárez.
Estos vecinos de la parroquia de Fano aún no han vuelto por su finca de Muñó, en el límite con el concejo de Siero, y no tienen pensado hacerlo hasta que Bomberos de Asturias retire el nido de las 'velutinas'. «Llamamos después de que pasase lo que pasó, pero nos dijeron que tenían mucho trabajo, con los incendios y con la retirada de otros nidos y que no sabían cuándo podrían pasarse, que sería pronto pero aún no hay fecha», dicen.
El matrimonio teme que el episodio se repita ahora que empieza la temporada de recogida de los árboles frutales. «Cada vez hay más, están por todos los lados, no sabemos ya qué hacer», lamentan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.