OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 4 de octubre 2018, 03:24
Triana y Montserrat llegarán a la cárcel de Asturias en los próximos días. Será el tercer penal en el que las asesinas de Isabel Carrasco ingresen en los cuatro años que llevan presas, tras su paso primero por la prisión leonesa de Mansilla de las Mulas y luego por la de Villanubla, en Valladolid. Los cambios se han producido en ambos casos por un supuesto mal comportamiento y por la conflictividad que generan entre el resto de internas y las funcionarias.
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Instituciones Penitenciarias ha autorizado el traslado desde la dirección de la prisión vallisoletana de las dos condenadas por el crimen de Isabel Carrasco, la que fuera presidenta de la Diputación y del PP de León. Murió acribillada a tiros en una pasarela del río Bernesga en 2014. Una tercera mujer, Raquel Gago, policía local leonesa, cumple también pena de prisión por los mismos hechos. El tribunal consideró probado que urdieron un plan para acabar con la vida de Carrasco, con quien mantenían un enconado enfrentamiento desde tiempo atrás.
Montserrat González y Triana Martínez son, respectivamente, esposa e hija -única- del recién jubilado inspector jefe de la Policía de Gijón Pablo Martínez. Precisamente, el martes recogía el diploma que reconoce el fin de su carrera profesional. Lo hizo durante la celebración de los Santos Ángeles Custodios, patrón de la Policía Nacional, de manos de la alcaldesa, Carmen Moriyón. En el momento en el que se cometió el crimen, Pablo Martínez era el jefe de la Comisaría de Astorga. Tras el violento episodio protagonizado por sus familiares más directas, solicitó su marcha a la Comisaría de Gijón, que había sido su destino anteriormente durante casi dos décadas.
Triana y Montserrat comparten celda en el módulo de respeto y apenas se dejan ver por las zonas comunes. No se relacionan prácticamente con nadie. La propia Triana -leonesa de nacimiento y gijonesa de adopción- llegó a escribir varias cartas al Ministerio de Interior para denunciar lo que consideraba «una persecución por parte del personal de prisiones».
Hace dos años, las propias condenadas habían pedido ser trasladadas al centro penitenciario de Asturias. Sin embargo, en aquella ocasión les fue denegado. La solicitud habría partido ahora de la propia dirección del centro y ha sido aprobada.
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La llegada del Principado para continuar con el cumplimiento de 22 años de internamiento de Montserrat y de 20 para Triana ha generado una cierta expectación entre el resto de presas y funcionarias. Su carácter problemático les precede. «Estamos viviendo una auténtica tortura psicológica en este centro, donde nos mandan desde León para poder continuar su encargo. En el año que llevamos en el Centro Penitenciario de Valladolid, la dirección no nos ha dejado hacer ni una sola actividad. Llevamos un año mirando a una pared donde crece musgo», criticaba Triana Martínez en la carta remitida al Gobierno y en la que añadía: «No me han autorizado ni a hablar con mi pareja ni a vernos (a las demás sí y sin aportar ellas acreditación alguna, como yo sí he hecho), de hecho a él hasta le suelen presionar con que me deje cada dos días desde entonces».
Aludía a Romeo, un ciudadano de Europa del Este al que conoció en la cárcel leonesa cuando ella cumplía prisión por matar a Isabel Carrasco y él por delitos de robo y por formar parte de una banda itinerante. Como itinerantes son ya Montserrat y Triana.
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