M. MORO
GIJÓN.
Lunes, 20 de marzo 2023, 02:52
La Viesca, en el barrio de Lloreda de Tremañes, es uno de los enclaves más degradados del municipio. Detrás de una gasolinera, limítrofe con la carretera que conduce al polígono de Somonte y con vistas directas a la autopista 'Y' y los penachos que salen ... de la factoría de Arcelor, no hace mucho albergaba terrenos de pasto para caballos. Su única vegetación en pie, en un suelo frecuentemente hozado por los jabalíes, son unas pocas espineras. Pues bien, todo eso va a cambiar con la iniciativa municipal de reforestación familiar que plantó ayer 500 esquejes de árboles de especies autóctonas como abedules, cerezos, castaños y robles.
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Familias enteras transportadas en autobús disfrutaron de la experiencia de generar un futuro bosque en un terreno prácticamente yermo. Contaron con juegos tradicionales y musical folclórica para amenizar la tareas. Muchos de los proyectos de árbol autóctono insertados ayer en las pozas de plantación han permanecido en los últimos meses en viveros y están asociados a niños que entraron en contacto con los esquejes en Mercaplana.
Los más pequeños pusieron pegatinas con sus nombres en estacas para poder volver periódicamente y localizar su parcela de bosque. Así lo hizo Abril Soto, de tres años y medio, en presencia de sus padres César y Arias. Procedió del mismo modo Ariadne Torre, de ocho años, bajo la atenta observación de su progenitor Harold y una prima de la madre, Angie: «Estamos dejando nuestro granito de arena a la naturaleza».
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