Secciones
Servicios
Destacamos
ADRIÁN AUSÍN
GIJÓN.
Domingo, 31 de mayo 2020, 02:41
En estos momentos, Paco Pol (Oviedo, 1948) trabaja en los cascos históricos de Santiago y Cuenca. Antes, lo hizo con éxito en Madrid, Barcelona, Cáceres, Valladolid, Córdoba, Segovia, Menorca, Ponferrada, Huelva, Huesca, Oviedo... Y, mucho antes, en Gijón. Los PERIs de Cimadevilla y el Cerro de 1985 y el plan de la Muralla Romana de 2009 llevan su firma. A sus 71 años, el laureado arquitecto afincado en Madrid repasa para EL COMERCIO ese urbanismo gijonés en el que dejó honda huella, amén de una escultura llamada 'Elogio del Horizonte' y de un quehacer largo, lúcido e imparable.
-¿Cómo se ve el Gijón de este apocalíptico 2020 desde Madrid? ¿Parecido a aquel recién renovado en 1990?
-¡Quién estuviese viendo el mar! Gijón tuvo una transformación espectacular en paralelo a los planes de Cimadevilla y el Cerro; y también a aquel plan del Puerto para la conversión del antiguo en el Puerto Deportivo. Cimadevilla era un casco en un estado de deterioro y degradación hoy inimaginable: edificios desocupados y ruinosos, marginación social, droga... Tini Areces creía de tal modo en la necesidad de revitalizar el casco antiguo, el Cerro, el Puerto... que dijo: 'Vamos a consensuar con la oposición, no discutamos nunca esa prioridad, de forma que todos estemos concienciados de la importancia de esa transformación de un casco histórico abandonado'.
-Aquel era el Gijón en blanco y negro de 'Volver a empezar'.
-Era también la época de la crisis de los astilleros, la reconversión industrial, problemas sociales por todas partes. Gijón era una ciudad con muchos problemas. Sí, una ciudad en blanco y negro. Tini le dio un gran impulso y este tuvo continuidad. Se ha mantenido esa dinámica y hoy Gijón es una ciudad con un alcance turístico importantísimo. Pero entonces, por ejemplo, el Palacio Revillagigedo estaba abandonado.
-Han pasado 30 años de los históricos PERIS de Cimadevilla y el Cerro. ¿Ha cambiado mucho Gijón en este tiempo?
-Hay un tema pendiente: la reconversión de la antigua fábrica de tabacos. En el plan se dejó dibujada su importancia clave, sabíamos que el tema era complicado y planteamos una 'libertad de usos' para que se pudiese escoger en su día. Cuando se lanza la idea del museo de la ciudad creo que fue antes del estallido de la anterior crisis. El proyecto de contenidos que conocí era acertado, quizá excesivamente dedicado al tema museístico, a falta de otros usos para darle un uso constante, y ahí los audiovisuales pueden ser clave.
-Aquellos PERIS de los 80 revitalizaron la ciudad.
-Se lanzaron con José Manuel Palacio de alcalde. Yo planteé dividirlos en dos: el Cerro podía ir muy rápido y el casco era más complejo (rehabilitación de viviendas, nuevos equipamientos, fábrica de tabacos). El Cerro era propiedad del Ministerio de Defensa y pensamos que era una excelente lanzadera para impulsar la rehabilitación del casco convirtiéndolo en un gran parque urbano de una ciudad entonces con escasez de zonas verdes. Sería un gran parque en la proa de la ciudad, realzaría el interés en vivir en el casco, brindaba un paisaje fantástico... Solo faltaba negociar con el Estado. Intermedió Fernando Morán, nos dieron todas las facilidades y el Cerro se compró por cien millones de pesetas. Irrisorio. Una de las claves de la degradación del casco residía en la degradación del Cerro: vallado, sin acceso, olvidado, con el mundo marginal colándose... Aplicamos ideas que venían de Jovellanos, de tener un parque urbano importante en el viejo cerro. Teníamos las fortificaciones, fantásticas galerías muy difíciles de reutilizar. Por dentro era un espacio sobrecogedor, muy interesante, de pasadizos que salen a la gran pieza artillería, pero con problemas de adecuación importantes y de normativas de seguridad. La decisión fue rehabilitar el exterior; dentro ya se vería. Se planteó también reconstruir antiguos pabellones de soldados que había detrás de los montículos, naves de cuartel que podían tener un uso interesantísimo. Eso quedó para más adelante.
-Y hoy, treinta años después, ¿cómo ve Cimadevilla?
-Requiere otro lavado de cara. Sí, necesita actualizarse. Han quedado cosas pendientes, problemas enquistados: el refugio, repensar espacios libres, fachadas no del todo lo bien... El urbanismo nunca debe pararse. Y hay otras prioridades: nuevos temas como el turismo, los jóvenes, el envejecimiento, mayores que viven solos. Así que necesitan volver a pegarle un empujón. Hay una frase me gusta mucho de Baltasar Gracián: 'Hay que hacer lo difícil como si fuese fácil y lo fácil como si fuese difícil'. Lo difícil era antes; ahora son pequeñas cosas que son complicadas y debemos actuar sobre ellas como si fuesen difíciles.
-¿Se quedó a medias la peatonalización de Gijón?
-El PERI en su día avanzó con Corrida y zonas de playa. Pero sigue habiendo zonas de 'blanco y negro' muy cercanas, edificios descuidados, aparcamientos indiscriminados... El ensanche de Gijón funciona muy bien pero si te metes en las calles hacia el antiguo puerto hay problemas de deterioro. Para eso están los proyectos urbanos. Es complejo ir a tientas. Hay que hacer un estudio a fondo y ver la alternativa más adecuada. Hay margen, claro que lo hay para avanzar en la peatonalización. Tenemos herramientas, formidables simuladores de desplazamientos que permiten a la administración y los técnicos no equivocarse.
-Ahora la ciudad vive inmersa en el enésimo debate del plan de vías. ¿No juzga erróneo alejar las estaciones del centro?
-Conocí el proyecto de estación de Jerónimo Junquera y estaba muy bien. Habrá que replantearse ese proyecto, pero con ambición. La estación actual rodeada de descampados es una pena. Yo siempre voy en transporte público y no me explico cómo puedes tener una estación como la de ALSA, en un sitio tan degradado e inhóspito. Ofrece una imagen de Gijón bastante negativa pese a la ventaja de su centralidad. Cada vez que voy, apetece echarte a correr: los recintos, taquillas, colas bajo marquesinas, ruido... El gran tema es plantear, planificar bien. Luego puedes perder 10 o 15 años en su desarrollo.
-Ha habido también controversia con la Universidad Laboral. ¿Patrimonio de la Unesco?
-Soy escéptico con lo del patrimonio de la humanidad pues no tiene efectos relevantes, la Unesco no da financiación. El edificio está suficientemente protegido. El problema es por qué no se aprovecha mejor. El Centro de Arte es una idea fantástica con un uso bajísimo. No puede empezarse algo y luego dejarlo estancado. No saber rematar las cosas es un despilfarro de energía, recursos e ideas. Repetimos la misma historia. La Laboral no se resuelve en cuatro años.
-Tanto casco histórico remodelado en su vida... Habrá tenido alguna experiencia traumática.
-El Fontán. Era una ruina con peligro de derrumbe inminente y la única posibilidad era demolerlo. El día de la demolición fue traumático con la prensa haciendo fotos y muchas críticas. ¿Quién nos asegura...? Negociando acuerdos con vecinos, inquilinos, propietarios para alojarlos provisional, traslados, compromisos... Fue una operación con el Ayuntamiento en la época de Gabino y Javier Sopeña y el Principado para rehacerlo 'ex novo', que consiguió una financiación alta, 400 millones de pesetas de los años 90. El riesgo de ruina era inminente. No os preocupéis, decíamos. Pero, buf. Aquello fue muy complicado. Era mi ciudad. Y salió maravillosamente, con un incremento inmediato de los precios de los pisos, los locales... Mucho más complicado que traer a Chillida a Gijón.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El enigma de las plantas de tequila en la 'Catedral del vino' de Cigales
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.