
Begoña Díaz
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Begoña Díaz
«La disfunción eréctil sigue siendo el mayor miedo al que se enfrentan los hombres tras una la prostatecntomía –extracción de la totalidad o parte ... de la glandulastática–», destaca Begoña Díaz Menéndez (1985), jefa del servicio de Urología del Hospital de Cabueñes. Esta intervención, la que más se viene repitiendo con el robot Da Vinci desde su implantación en marzo de 2024, suma ya más de de mil operaciones, lo que convierte a Asturias «en todo un referente nacional e internacional». Así lo destaca Díaz, quien estos días, preside la 38 Reunión Nacional del Grupo de Urología Oncológica (de la Asociación Española de Urología), que se celebra en Gijón, hoy y mañana, en el Palacio de Congresos del recinto ferial Luis Adaro.
–¿Orgullosa de presidir esta reunión tan importante para el ámbito de la urología?
–Mucho. Y más porque hemos batido todos los récords de otros congresos anteriores. Nuestra ciudad acogerá más de 500 asistentes y ponencias. Un hito que debemos aprovechar para profundizar en las últimas innovaciones en la detección y los tratamientos en el campo de la urooncología.
–¿Cuáles serán los principales temas a tratar?
–Como novedades, se estudiarán los últimos avances en cáncer de tumores de vejiga y riñón.
–¿No hay mucho conocimiento sobre el cáncer de vejiga?
–Efectivamente, es un gran desconocido y, sobre todo, porque su detección es compleja, pero hay que dar a conocer a la población que hay detonantes muy claros.
–¿Cuáles son esos detonantes?
–Los principales son el tabaco y los factores medioambientales como los tintes y las pinturas.
–¿Afecta más a hombres o mujeres?
–En los últimos años, se ha registrado un aumento en las mujeres, que han comenzado a fumar más, y también por ejercer ciertos trabajos. En concreto, afecta mucho a las peluqueras.
–¿Es malo aguantarse las ganas de hacer pis?
–Para un cáncer o tumor no tiene relevancia. Pero para el correcto funcionamiento de la vejiga sí. Por tanto, aconsejo ir al baño siempre que sea necesario y vigilar que nunca veamos sangre en nuestra orina.
–¿Tampoco es fácil detectar el cáncer de riñón?
–Tampoco lo es. Se suele descubrir a raíz de la realización de otras pruebas médicas, especialmente de rayos X o ecografías, así como si saltan las alarmas en analíticas periódicas.
–En cuestión de cánceres urológicos, ¿el más común sigue siendo el de próstata?
–Así es. Y en Asturias sigue siendo el segundo con mayor tasa de incidencia. Es un tumor que prevalece con la edad y en el que la mayoría de los casos suele detectarse a partir de los 65 años. El cáncer de próstata no da señales ni está influenciado por factores de riesgo prevenibles como en otros tipos.
–O sea que no hay síntomas...
–Normalmente, no. Como mucho, la micción con mucha frecuencia, sobre todo en la noche, o algo de ardor o dolor cuando se orina. Un dolor crónico en la espalda también puede ser una alarma.
–¿La detección sigue siendo clave para cogerlo a tiempo?
–Es el mejor consejo que puedo dar. Soy consciente que muchos hombres siguen siendo reacios a realizarse pruebas. Pero a partir de los 50 años, el médico de cabecera debe solicitar exámenes sanguíneos del antígeno prostático específico (PSA) y un tacto rectal.
–¿Cuál es el siguiente paso tras su detección?
–La realización de las diferentes pruebas. A partir de ahí, se realiza la clasificación de la patología exacta que padece el paciente y se le orienta a un tratamiento.
–¿Qué opciones existen?
–Por suerte, a día de hoy muchas: cirugía, opciones de radioterapia externa o interna con semillas (denominada braquiterapia), que está funcionando muy bien. En la actualidad se está utilizando mucho la terapia focal con técnicas de microultrasonidos y, como última novedad, la terapia hormonal.
–¿En qué consiste la terapia hormonal?
–Esta terapia, también denominada supresora de andrógenos, tiene como objetivo reducir los niveles de las hormonas masculinas, es decir, las testosteronas que al final, son las que alimentan el crecimiento de células cancerosas de la próstata. Antes, solo había un medicamento, pero en los últimos diez años se han formulado novedosos medicamentos que actúan por distintas vías.
–¿Cuál es el mayor miedo del paciente ante un cáncer de próstata?
–Lo primero superarlo, que por suerte ocurre casi siempre. Y tras ello, la disfunción eréctil. Quiero tranquilizar a los pacientes. Con el robot Da Vinci se logran conservar los nervios neurovasculares encargados de la erección.
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