«Nos trasladan el problema», reprocha el alcalde de Carreño sobre el vial de Jove por Aboño

«Trasladaría el problema a nuestro municipio», apunta el primer edil carreñense. Pero no es solo esa la única y principal queja, García critica que ni Adrián Barbón ni Alejandro Calvo «nos han informado en ningún momento de su plan». Y dice más: «no me gusta las formas con las que se habla de Carreño, sin contar con Carreño». También advierte que «los carreñenses no van a ser convidados de piedra es una decisión muy importante para el futuro del municipio».

La idea que el Principado quiere trasladar al Ayuntamiento de Gijón y al Ministerio de Transportes es, sin renunciar al vial de Jove soterrado, reactivar el proyecto de desdoblamiento de la GJ-10 en el tramo comprendido desde Lloreda a Veriña (llegó a adjudicarse esta obra pero se paró por problemas técnicos), y construir un nudo de comunicaciones en la actual rotonda del Empalme, con el objetivo de facilitar el acceso de los camiones a la carretera GJ-1, la cual ya soporta el 50% del tráfico entrante en El Musel. También se prevé, por cierto, alargar el desdoblamiento desde Veriña hasta El Empalme, así como el arreglo de varias carreteras regionales del entorno.

Es este proyecto el que el equipo de gobierno de Carreño dice ignorar. «No nos han presentado ni una sola propuesta. Ya es hora de que se nos empiece a tener en cuenta. Nuestro concejo está muy castigado por la industria, afectando a la vida diaria de nuestros vecinos», afea el alcalde de Izquierda Unida, quien, además, reprocha que «de este castigo se beneficia Gijón, Avilés, y las empresas».

En un extenso comunicado respondiendo a la exclusiva de EL COMERCIO, el alcalde carreñense reclama que «si Carreño respeta y ayuda al desarrollo de Asturias, el Gobierno del Principado debe respetar a Carreño».

Las críticas a la alternativa de Aboño llegan también desde la bancada popular. El diputado regional, senador, y presidente del PP de Gijón, Pablo González, tilda de «frivolidad, imprudencia y temeridad» el plan del Gobierno regional. Dice González, además, que es un proyecto «muy poco realista, muy costoso, son serias dificultades de ejecución, y como lleva ocurriendo décadas, lo suficientemente complejo como para que después de plantearla se desista de su ejecución».

Defiende González que la zona de El Empalme «quedaría saturada sin remedio si combinamos los tráficos de Carreño, los de Avilés, los de Gijón, y los del Puerto». Asimismo, apunta a que «la única garantía de ejecución del vial de Jove es que el Ministerio comprometa el dinero para su ejecución, y que el Principado y el Ayuntamiento acuerden y ejecuten el proyecto».

El plan del Gobierno del Principado de mejorar el acceso por Aboño a El Musel mientras se desbloquea, o no, el vial soterrado por Jove, obliga a los vecinos de la zona oeste a reclamar más información al Gobierno del Principado. Desde la asociación vecinal de Jove rechazan cualquier alternativa que no sea el soterramiento de un nuevo vial. «No podemos aceptar que el problema del tráfico se traslade a la rotonda del Empalme. ¿Damos por bueno trasladar el problema a nuestros vecinos de Carreño?», critica Virgilio Herrero, representante vecinal.

Distinta es la interpretación de Veriña: «Podría ser una solución», apunta José Luis Nicieza, presidente vecinal, quien, al mismo tiempo, reclama «más información y más coordinación entre las administraciones implicadas». Para Nicieza, los tiempos marcados por el Gobierno del Principado para presentar esta alternativa son «absolutamente partidistas».

Por su parte, el presidente vecinal de La Calzada, Carlos Arias, considera «bueno explorar nuevas alternativas, porque no podemos seguir aguantando más camiones por la avenida Príncipe de Asturias». El desdoblamiento de la GJ-10, así como el arreglo y crecimiento de la rotonda del El Empalme, ponen, a su juicio, «en el horizonte terminar con el tráfico contaminante y pesado por La Calzada. Cada día son casi 2.000 camiones».

Próxima reunión

Nicieza y Arias, eso sí, exigen que la propuesta, además de consensuada con los vecinos de la zona oeste, sea estudiada y aceptada por el Ayuntamiento de Carreño. «En cierto modo les pasamos el problema, y eso no se puede consentir. Hay que hacer lo necesario para que no se vea afectada la salud de los carreñenses», subraya Nicieza.

Las asociaciones vecinales de la zona oeste y las federaciones urbanas y rurales se reunirán en los próximos días para valorar las propuestas publicadas por EL COMERCIO. No descarta, incluso, reclamar una reunión a los diputados y senadores por Asturias para conocer su hoja de ruta en este conflicto.