Trasladado a la cárcel de Palencia el acusado por la violación de Somió

Como informó este periódico, al parecer, los primeros días desde su ingreso en prisión el pasado 20 de noviembre, el acusado estuvo aislado en el módulo de enfermería y se encontraba a la espera del módulo definitivo en el que cumplirá la pena preventiva después de que la Audiencia Provincial haya desestimado el recurso por el que solicitaba su puesta en libertad mientras avanza la fase de instrucción.

El acusado ya contaba con un amplio historial delictivo donde destacan los robos con violencia, robos con fuerza, de vehículos de motos y lesiones. Prácticamente, el detenido ha estado saliendo y entrando de prisiones toda la vida, entre ellas, la de Asturias. Sin embargo, Boris S. M., de 44 años, no había estado acusado de agresión sexual a menores de edad. Este es un delito que está muy mal visto entre la comunidad de presos y que habría forzado el traslado del acusado debido a sus compañeros de prisión.

Durante las próximas semanas, el acusado tendrá que volver a comparecer ante la jueza que instruye su caso. En el momento en el que Boris S. M. pasó a disposición judicial por su presunta autoría del ataque a la menor en el camino de Los Lirios, en Somió, la tarde del 30 de octubre de 2024, se acogió a su derecho de no declarar.

Tampoco lo hizo ante la policía cuando acudieron a detenerlo. En aquel momento, se mostró muy violento y agresivo, llegando a tener que ser reducido por los agentes. Durante el forcejeo se fracturó la parte izquierda de la mandíbula. Motivo por el que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el área de maxilofacial del Hospital Universitario Central de Asturias.

Fueron más de dos semanas de trabajo policial para evitar que el presunto violador de Somió volviera a actuar. Aunque preparó el plan al detalle, acabó dejando su rastro en la ropa de la víctima. Durante semanas, vigiló el camino de Los Lirios, por las noches merodeaba por este espacio y tenía controlado hasta cuándo se apagaban las luces de las obras de viviendas que se están haciendo. El día que se produjo el ataque, el violador llevaba material en una mochila para inmovilizar a la víctima, así como utensilios para intentar borrar sus huellas y complementos para taparse el rostro y las manos.