«La tradición de las rosquillas se perderá»

Desde el pasado jueves, una treintena de voluntarios elaboraron alrededor de 500 kilos de este manjar 'sanador'. Ayer ya los tenían casi todos vendidos. «Creo que nos vamos a quedar sin rosquillas en poco tiempo», auguraba Lena Mari Álvarez, una de las colaboradoras.

Sin embargo, la mayoría de las personas que, año tras año, se implican en esta tradición, creen que «se terminará perdiendo». En concreto, el coordinador parroquial, Víctor Pando, se mostró muy poco optimista: «Ya no sabemos qué más hacer. Intentamos convencer a los jóvenes para continúen con esta celebración, pero no hacen por la labor. Necesitamos relevo generacional. Esta fiesta tiene mucho éxito, que se pierda da mucha pena».

Da igual que fuese lunes. San Blas no entiende de días laborables o festivos: siempre asisten muchos ciudadanos a escuchar la homilía. «Incluso preferimos que sea entre semana, porque cuando cae en domingo, aunque parezca mentira, viene menos gente, pues aprovechan para viajar o hacer otros planes», aseguró Pando. «Vienen muchos asturianos, pero sabemos que nuestras rosquillas se reparten por toda España», afirmó Lena Mari.

Pero, ¿ dónde se encuentra el milagro? Los ingredientes, sí, son manteca, huevos y harina. «Pero el secreto no lo podemos contar», señaló entre risas la voluntaria. Algunos dicen que se utiliza agua bendita para hacer las rosquillas, otros que se bendicen con la reliquia de San Blas, que es una parte del hueso de la tibia del santo. Todo un misterio.