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Leticia González
Gijón
Domingo, 6 de abril 2025, 19:04
Los trabajos de desescombro que se vienen llevando a cabo en una zona de El Lauredal están generando numerosas protestas vecinales. En concreto, de quienes ... viven en las inmediaciones de la calle San Tirso de Abres, la más cercana a una escombrera. «Tenemos a la maquinaria pesada trabajando de continuo a escasos diez metros de las habitaciones donde duermen nuestros hijos. El polvo penetra no solo en nuestras casas, sino en nuestros pulmones», afirma Cristina Suárez, vecina del inmueble más próximo a las obras.
Las molestias y con ellas la indignación se han exacerbado desde que la semana pasada se intensificase la actividad de almacenamiento y, lo que es más llamativo, de tratamiento de residuos en la finca adyacente donde está la escombrera.
Las quejas se centran, sobre todo, en el hecho de que se esté procesando in situ los materiales. «Los áridos están siendo triturados allí mismo, lo que ocasiona grandes nubes de partículas en suspensión. Lo mínimo sería cubrirlo con una lona, la normativa es clara, este tipo de procesos deberían llevarse a cabo en una planta de tratamiento habilitada a tal efecto», apunta Suárez, cansada de que la zona oeste sea el vertedero de la ciudad.
«Lo de la escombrera es un cúmulo de circunstancias que hacen de nuestro barrio de El Lauredal uno de los más contaminados de Europa. La calidad del aire que respiramos es inaceptable para una ciudad abanderada del medioambiente como es Gijón. Nuestros hijos e hijas padecen todo tipo de patologías respiratorias y esto tiene que parar ya», advierte.
Desde la asociación de vecinos de La Calzada, su presidente, Carlos Arias, ha interesado por este problema: «Por la información que nos han facilitado desde la propia obra, los terrenos donde se están almacenando los deshechos pertenecen a Adif, y la escombrera en cuestión se trataría de un 'punto de acopio', es decir, un espacio físico en el que se recibe material urbano de desecho».
Tras varias denuncias particulares, la Policía Local se personó recientemente «para verificar que todo estaba en orden», detalla Arias, que no entiende cómo semejante modo de obrar, nunca mejor dicho, puede ser legal. «Será legal pero no ético», considera.
«La situación es intolerable, hay vecinos con hijos asmáticos viviendo a diez metros», apunta Cristina Suárez. «Llevamos más de un año soportándolo, creíamos que se iban a retirar tras las obras de la Ecomanzana, pero esta ya llegó a su fin hace semanas y el material continúa entrando sin parar; ahora ya no sabemos de dónde lo estarán trayendo», se queja.
EL COMERCIO consultó por este asunto a la Concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Gijón, que remitió a su vez a la Empresa Municipal de Limpieza «que sería la responsable de las cuestiones referentes a limpieza y desescombro». Desde Emulsa se aseguró que están estudiando el caso de la escombrera.
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