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I. VILLAR
GIJÓN.
Jueves, 13 de enero 2022, 00:37
«Una cuestión de prioridades». Así explica Luis Miguel Álvarez, jefe del servicio municipal responsable del Jardín Botánico Atlántico, el proyecto para transformar la casa-museo de la Quintana de Rionda en un espacio de trabajo para el equipo científico. «Tenemos una responsabilidad especial con ... el banco de germoplasma y el herbario y tenemos que buscarles una ubicación adecuada», añadió. Con su traslado a la casa-museo, en sustitución de la exposición permanente sobre la relación entre el hombre y las plantas que lleva allí desde 2003, pretenden, dijo, acercar al público la actividad que se realiza en estos dos espacios, así como facilitar a estudiantes e investigadores el acceso a las coleciones de semillas y plantas secas, la biblioteca botánica donada por el jesuita Manuel Laínz y otras publicaciones hoy dispersas.
El Ayuntamiento sacó a licitación en diciembre un proyecto de reforma interior que contempla dedicar el sótano al banco de germoplasma y la planta baja al herbario, si bien en el ala este se mantendrá «en su integridad» el espacio expositivo actual, que cuenta como elemento más destacado con la reproducción de tres molinos. En cada planta habrá una zona de procesado, una de conservación y una de exposición. Estas últimas no solo albergarán una muestra sobre el trabajo que se realiza en cada uno de los espacios, sino que estarán separadas de las otras por tabiques de cristal, de modo que los visitantes puedan observar el trabajo en las otras salas. «Ahora no podemos mostrar a los ciudadanos para qué sirven un banco de germoplasma y un herbario, y queremos cambiar eso».
El concejal Aurelio Martín añadió que se trata de una hoja de ruta consensuada entre el equipo técnico y el científico, «que coincide con los objetivos del equipo de gobierno de potenciar la actividad científica y por eso le hemos dado el visto bueno». Añadió que se intentará reubicar en otras zonas del jardín otros elementos de la exposición actual de la casa-museo que se consideren interesantes, si bien el jefe de servicio remarcó que «la gente ya no está acostumbrada a pasarse tiempo leyendo un panel y debemos apostar por otras formas de narrar el discurso».
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