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LAURA FIDALGO
GIJÓN.
Domingo, 15 de mayo 2022, 01:40
Cincuenta y seis colegios asturianos se reunieron ayer en la mañana de ayer en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) para participar en las primeras Olimpiadas de Ingenierías Industriales del Principado, que los sometió a una ingeniosa prueba de altura. Los estudiantes, de Bachillerato y ... del último ciclo de Educación Secundario Obligatoria (ESO), formaron equipos de tres o cuatro personas, con el objetivo de resolver un problema «común» de ingeniería. En este caso, según explicó el director de la EPI, Juan Carlos Campo, tenían que construir la torre «más alta posible» que pueda soportar una botella de agua de 33 centilitros llena durante un tiempo mínimo de treinta segundos.
Para ello contaron con una serie de materiales de oficina «limitados», entre los que se encontraban papel, lapiceros, pajitas, gomas de borrar o clips metálicos. Asimismo, el jurado valoró tanto la presentación de la solución, como la altura de la torre, la eficacia del funcionamiento, el tiempo empleado y el ahorro en los materiales utilizados. Por lo que los alumnos trataron de utilizar el menos material posible con el fin de conseguir la mayor puntuación. A continuación, de manera opcional, se llevó a cabo una parte teórica individual que consistió en una prueba escrita de tipo test, sobre contenidos de materias como física, química, matemáticas y tecnología.
A pesar de que los equipos tuvieron la oportunidad de practicar con sus profesores antes de la competición, en este caso no pudieron intervenir para ayudar. De este modo, aunque muchos lograron «combatir» algunos de los problemas que les surgieron durante los ensayos, aproximadamente un 35% de los centros educativos asistentes se quedaron a las puertas de la final, que se celebrará el 27 de mayo en aula magna del Aulario Sur.
Aún así, no hubo quien se despidió del campus sin una sonrisa tras la incitante prueba realizada. «Los pasillos se llenaron de interés e involucramiento de nuevos ingenieros», destacó orgulloso Campo, quien a su vez recalcó que uno de los fines de las citadas Olimpiadas es «incentivar los itinerarios tecnológicos», además de «premiar el esfuerzo y la excelencia académica de los estudiantes».
A su vez, aprovechó para agradecer su apoyo a los patrocinadores, los Colegios de Ingenieros Industriales e Ingenieros Técnicos Industriales y a Duro Felguera, TSK, TK Elevator y Gijón Impulsa, pues «su participación fue clave para la organización de las Olimpiadas».
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