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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Martes, 24 de agosto 2021, 01:44
Más de 200 mástiles de madera soportaban las cuerdas que sostenían el velario del Coliseo romano, una cubierta de lona desplegable accionada mediante poleas que se utilizaba para cubrir el anfiteatro y proteger a los romanos en los días especialmente calurosos. En una ciudad en ... la que llueve 180 días al año una solución similar para la plaza de toros parece improbable, pero los promotores de eventos creen que estudiar una fórmula para techar el coso taurino dotaría a Gijón de un equipamiento para espectáculos de capacidad media, entre 2.000 y 5.000 espectadores, que resultaría muy interesante más allá de la temporada de verano.
No es la primera vez que se plantea. Ya a finales de los 80 aquel tándem de los grandes conciertos que formaban Miguel Rodríguez Acebedo y Daniel Gutiérrez Granda llegó a visitar la plaza de La Misericordia de Zaragoza, donde por entonces se instaló una cubierta, para ver si aquel modelo se podía traer a Gijón. «Lo barajé, pero la estructura era muy cara y por aquel entonces comenzaron a construirse infraestructuras que podían acoger conciertos a cubierto como el Palacio de Deportes», explica el entonces concejal de Festejos, Gutiérrez Granda, quien cree que la plaza de toros «como está ahora es ya asequible y polivalente, perfecta para todo tipo de actividades con pequeñas o ninguna inversión». Pero no opinan igual los promotores de eventos, que señalan que en Gijón falta un equipamiento para hacer eventos de mediana capacidad y que aseguran que cuanto mejor equipado esté el recinto mayor capacidad tendrá la ciudad de atraer conciertos de artistas internacionales y nacionales y espectáculos de otras disciplinas artísticas, dado que los costes de producción se abaratarían notablemente.
El propio Miguel Acebedo señala que el recinto ofrece una capacidad «fantástica, que muchos artistas buscan» y que cubre un nicho en cuanto a los recintos de titularidad municipal disponibles para espectáculos.
En 2015, gobernando Foro, Divertia editó un folleto que recogía las diferentes opciones. Con un aforo máximo de 31.000 personas, El Molinón es el escenario idóneo para 'macroconciertos' como fueron el de Tina Turner y los Rolling. 18.000 personas caben en el complejo deportivo de Las Mestas, donde tocaron Prince, David Bowie y Shakira. El aforo del Palacio de Deportes es de 7.000 personas, por lo que la plaza de toros, con una capacidad máxima de 5.000 -unos 2.000 si se cuenta solo la capacidad, de pie, en la arena-, estaría en el punto intermedio entre estos equipamientos y los de menor formato como el Teatro de la Laboral (con 1.426 localidades) y el Teatro Jovellanos (en su interior caben 1.100 espectadores y fue elegido por Chavela Vargas y David Byrne). En el folleto se incluía también el Jardín Botánico, donde en su día tocaron Iván Ferreiro y Xoel López en formatos más intimistas para un máximo de 500 personas, aunque es probable que no vuelva a haber conciertos en este espacio. Entre las salas de conciertos privadas, el Albéniz tiene capacidad para unas 700 personas.
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Así las cosas, los promotores coinciden en el potencial de la plaza de toros para acoger «giras de mediano formato que se quedan fuera por no tener el emplazamiento idóneo», explica Esteban Pola, promotor del Oye Gijón, para quien «lo ideal sería que como recinto de conciertos tuviera un escenario permanente adaptable a cada artista e infraestructura técnica de iluminación y sonido». «Sin entrar en polémicas, que haya un sitio preparado para entrar a trabajar y hacer conciertos y otros espectáculos que a día de hoy no tienen cabida me parece fenomenal y necesario», coincide Ramón Noguera, promotor del Tsunami, quien matiza que «ahora la plaza no es un sitio preparado para conciertos y cada vez que vas necesitas un ingeniero, una licencia y partir de cero en la producción». Si se quisiera desarrollar su potencial más allá de verano, «tiene que ser un sitio cubierto, porque en Asturias en invierno no podemos hacer las cosas al aire libre».
La promotora de Metrópoli, Two Monkeys, incluso presentó un proyecto para usar la plaza fuera de la temporada estival cubriendo con una carpa el albero para lograr una capacidad de unas 2.000 personas. Sin embargo, señala Marino González, «el proyecto no es fácil porque al ser Bien de Interés Cultural no se puede tocar la estructura. El equipamiento es muy engorroso y resultaría muy caro. Hay que tener en cuenta que en Gijón hay mucha humedad. Lo viví con Metrópoli Winter, el frío condensa y casi llueve dentro de la carpa, que también tendría que estar acondicionada acústicamente». No deja de pensar que sería «una maravilla contar con ese equipamiento en la ciudad y creo que hay contenido suficiente para cubrirlo, aunque la programación debería ser multidisciplinar, no solo centrada en la música». Es «complicado, costoso y técnicamente difícil, pero no imposible». Félix Domínguez, director del Euroyeyé, celebra que se acabe con «la barbarie de los toros» y propone «abrir el abanico para todo tipo de espectáculos culturales y musicales», así como sustituir la feria taurina por «una nueva tradición con un espectáculo interesante y diferente». Ángel de la Calle, de la Semana Negra, se muestra favorable a «cualquier cosa que se haga para mejorar un equipamiento cultural de la ciudad».
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