«Nuestro templo está ya completo»

Fue «una casualidad, como todo en esta vida». Las níveas paredes de la iglesia de Santa Olaya, en el barrio de El Natahoyo, lucían desnudas hasta ayer. Las obras se hicieron tan rápidamente, en apenas nueve meses, que al joven arquitecto José María Cabezudo no le dio tiempo a diseñar las catorce estaciones del vía crucis. Pero el hijo escultor de una prima del párroco se acercó un día a la iglesia para cederle una cruz realizada con cadenas y a Fernando Díaz se le ocurrió preguntarle: «¿Oye, tú has hecho alguna vez un vía crucis? Pues failo». El resultado de esa casualidad se bendijo ayer ante la expectante mirada de cientos de fieles.

Son trece obras hechas en acero y hierro por el escultor Marcos P. y un óleo de la artista ovetense Mariana Fano -la sexta estación, 'La Verónica enjuga el rostro de Jesús', que representa el Santo Sudario sujeto por dos grandes manos de fibra-, acompañadas de catorce poemas del escritor madrileño Luis Miguel Zarco. Su distribución en el templo no responde a la orientación litúrgica tradicional, sino que busca, tal y como interpretó el párroco en su homilía, reflejar el sentido de la cruz en la vida humana. «Venimos de la calle con las cruces de la historia -desde el lado izquierdo del templo hacia el altar, siguiendo el sentido de las agujas del reloj-, y salimos con la fuerza del Resucitado», indicó antes de proceder a bendecir el vía crucis «con incienso, como manda la tradición, no con agua bendita que ye de fierro y se oxida».

Con el vía crucis, el templo que inauguró el arzobispo Jesús Sanz Montes hace prácticamente un año y que dio por fin una casa digna a los parroquianos que llevaban 25 años reuniéndose en un bajo de la calle Ceriñola «ya está completo», dijo el párroco. Para los artistas, que oyeron la misa desde el banco de primera fila y tras la liturgia aseguraban que sus obras colgaban en una privilegiada galería de arte, participar en esta creación ha sido «todo un honor». «La parroquia es preciosa y estamos encantados», aseguró Mariana Fano. Tuvieron además la oportunidad de conocer al arquitecto, para quien el vía crucis «responde totalmente al concepto de la iglesia. Los parroquianos, por su parte daban su veredicto fotografiando orgullosos las distintas estaciones de su flamante templo.