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Lunes, 16 de julio 2018, 01:50
Las Agustinas Recoletas llegaron a Gijón en 1670 al edificio que hoy se conoce como Tabacalera. Fue iniciativa de la madre María de Santo Tomé y funcionó como escuela para niñas. Con la Desamortización de Mendizábal se convirtió en la Fábrica de Tabacos y las monjas vagaron de un sitio para otro «hasta parar en 'El conventín'», en el actual centro comercial San Agustín. «De ahí las echaron cuando estalló la guerra porque los milicianos decían que los tiros salían de su tejado. No las dejaron coger nada: ni las conservas ni las mermeladas», cuenta la superiora. Lo vendieron y construyeron el convento de Somió, al que se trasladaron en 1947.
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