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Subieron las temperaturas, se apaciguó la mar y se calmó el viento. El segundo domingo del otoño, también el último de septiembre, trajo de vuelta de un radiante verano a Gijón. Al menos por unas horas. 23 grados marcaba el termómetro de La Escalerona (26 en los mupis y en los teléfonos móviles) a las dos de la tarde, y a 19 ascendía el mercurio en el Cantábrico. «¡Ya está más fría! ¡A la mar no la engañas!», comentaban un grupo de clásicos bañistas del arenal gijonés.
Volvieron los paseos, los baños, las palas y hasta los partidos organizados de fútbol 11. Las que aún no se han ido son las medusas de gran tamaño. Este domingo, además de en la bahía, también algunos ejemplares se dejaron ver varadas en la arena. Pero pocos, comparados con días previos.
Entre tanto, los que están a punto de volver son los perros. Este lunes será el primer día de su temporada de baño. Coincidirán, no siendo habitual, con el servicio de Salvamento, que este año por primera vez estará hasta el 15 de octubre. «Si alargan la temporada de baño, lo lógico es retrasar la entrada de los perros», apuntó, desde el arenal, María Pando. El parte meteorológico apunta a una jornada, la de hoy, de nubes y claros con posibles lluvias a partir de las 15 horas.
La vuelta de los canes trae consigo el arraigado debate ciudadano sobre lo idóneo de esta medida. «Si convivimos con hasta tres tipos de medusas durante el verano, los perros no serán un problema», dijo Luis Ángel Resch, habitual de La Escalerona.
El último censo animal de Gijón cifra en 36.180 perros registrados con chip. «Hay días que es una absoluta locura. No te puedes ir a la orilla sin tropezar con cinco o seis, pero lo cierto es que los animales no tienen ninguna culpa. Son los dueños los culpables del desmadre; no pueden ser que los dejen sueltos y sin educación ninguna», lamentó Amalia González, también habitual de La Escalerona. «A mí los perros no me molestan», contrastó Pablo Sandin, gijonés de Laviada.
José Luis Estebanez cree que «si está así organizado no nos queda otra que aguantar, pero lo cierto es que su presencia complica bastante el baño». Además, como ya opinaran otros bañistas, defiende que «lo idóneo sería que los dueños estuvieran más pendientes de sus perros. A este también se suma Avelino Feito, quien cree que «la culpa de tanto debate la tienen los dueños». No hay duda, la presencia de los perros en la playa seguirá siendo un debate en la ciudad por muchos años.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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