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Leticia González
Gijón
Martes, 1 de abril 2025
Conseguir la perdurabilidad de la sidra, no solo en el paladar, sino en la memoria sensorial de quienes beben un culín, es en esencia la premisa que persigue esta innovadora iniciativa destinada a potenciar las experiencias turísticas asociadas a la misma.
Más de una docena de lagares, alojamientos rurales, sidrerías, viveros y pomaradas asociados al Club Sidraturismo Asturias, participaron en Gijón en una acción formativa en marketing y emprendimiento enmarcada dentro del proyecto 'Rutas de la sidra de España'. Se trata de un programa enmarcado dentro de las Ayudas Experiencias Turismo España (convocatoria 2023), perteneciente al Plan de Modernización y Competitividad del Sector Turístico, y que cuenta con financiación de los fondos Next Generation EU. El proyecto busca impulsar la cultura sidrera de cada región, "no solo respetando su riqueza cultural sino también a través de la promoción y comercialización conjunta, contribuyendo al desarrollo económico y social de las regiones participantes".
«Hemos propiciado la participación de diversas empresas y profesionales, tanto del ámbito turístico como del de la elaboración de la sidra, tratando de generar sinergias, intercambio de conocimientos y vivencias, haciendo que nuestros talleres sean más diversos y participativos», explicó Lorena Alonso, técnica responsable del citado club, durante el acto de bienvenida al evento celebrado en Parque Tecnológico de Gijón.
El proceso formativo, completado con diversos cursos y píldoras on line, corrió a cargo del experto en marketing y comunicación, Sergio Martínez-Berriobeña, director socio de Commercial Criterio, consultora designada para impartir dicha formación. Con varios años de experiencia en el sector vitivinícola, aseguraba, «mi principal cometido es trasladar a mis discentes la importancia de introducir al cliente en una experiencia que vaya más allá de un simple trago, es decir, transmitir un aroma, el sonido que acompaña a cada gesto, la historia no escrita que reside en cualquier producto extraído de la tierra», detalló con entusiasmo este experto y consultor en la materia. Seguidamente, animó a «que toquen, que respiren, que olisqueen, que escuchen, que reconozcan el origen de cuanto degustan; lo que no se siente no se recuerda».
Entre las personas participantes se encontraba la joven Danka Rodríguez, del Llagar Herminio. Confesaba que su mayor expectativa estaba en «adquirir nuevos conocimientos e ideas innovadoras que poder desarrollar, a fin de impulsar el negocio», aunque aseguró que «este modelo no nos pilla de nuevas, pues ya llevamos un tiempo ofreciendo una serie de experiencias más allá de la cata; si coincide en época de elaboración, presencian todo el proceso en las prensas. Me gusta invitarles a escanciar directamente desde el tonel; que se mojen bien las manos», resaltando el valor añadido que aporta al producto el hecho de despertar las emociones de quienes lo saborean. En ese sentido ve positiva la iniciativa y anima a que otros lagareros se sumen a la misma en futuras convocatorias.
Desde Quintes llegaba Gerardo Izquierdo, gerente de El Pilpayo Turismo Rural, involucrado en el fomento de nuestro acervo cultural, «todo lo que sea adquirir una base de formación para promover la cultura sidrera desde nuestros establecimientos, es bien recibido». El maliayo confesaba sentirse más autorizado y responsable si cabe a la hora de transmitir estos valores, al estar el suyo enmarcado en la Comarca de la Sidra.
«Aunque ya veníamos desarrollando acciones similares con anterioridad, somos conscientes del tirón que aporta la reciente declaración de la cultura sidrera Patrimonio Cultural Inmaterial», celebraba Alonso.
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