Sepides entrará en el capital de la ZALIA el año que viene aportando más de 15 millones

Hasta ahora sus títulos están compartidos con las autoridades portuarias de Gijón y Avilés y los respectivos ayuntamientos. Lo que hará el Principado si logra la autorización de la Junta General es convertir en acciones de ZALIA S. A. el dinero que ha ido prestando a la sociedad para evitar su quiebra. Esa 'nacionalización' le permitirá refundar la mercantil, algo que, si la tramitación parlamentaria lo permite, estaría listo en el primer semestre de 2022.

El siguiente paso sería abrir la nueva sociedad a la Sepides. La filial de la SEPI entraría con 15 millones, capital que permitiría a la ZALIA ejecutar las obras que tiene pendientes para poner en servicio la primera fase. Fundamentalmente lo que falta es una subestación eléctrica y el desvío y soterramiento de una línea de alta tensión. Los proyectos están listos, lo que posibilitaría lanzar los trabajos en el segundo semestre de 2022. Además de esa inversión, Sepides aportaría un canon a la compañía en concepto de comercialización de las parcelas. Este es uno de los flecos cuya negociación sigue abierta.

El objetivo del Ejecutivo de Adrián Barbón al aliarse con la SEPI es doble. De un lado, conseguir esa financiación para rematar las obras pendientes. Del otro, contar con su experiencia y red de contactos para comercializar las parcelas y captar así para San Andrés de los Tacones proyectos empresariales de tamaño medio y grande. La 'percha' para promocionar el enclave será la descarbonización de Arcelor, una transformación que en los despachos del Principado, se confía tenga un efecto de arrastre.

Otra de las piezas pendientes atañe a los accesos. Las obras para culminar el primer vial con La Peñona terminarán «en marzo», concretó el viceconsejero Jorge García. El gran salto llegaría si se materializa el proyecto estratégico defendido por el Principado de cara al Plan de Recuperación y Resiliencia, y que insta a utilizar cerca de 400 millones en las obras pendientes en la zona. Entre ellas está la estación intermodal (estimada en 75,85 millones), la variante de Villabona (en estudio informativo) y el vial de Jove. Las reglas del plan implican que a más tardar deberían estar licitados en dos años.