
Rafael Piñera
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Rafael Piñera
Tras medio año al frente de la Cocina Económica de Gijón como director, Rafael Piñera Martínez (Gijón, 1977) ya puede realizar un análisis pormenorizado ... de cómo se encuentra la entidad en la ciudad. Este tiempo ha sido útil para «descubrir» las realidades que existen y así saber cómo trabajar. El gran reto al que se enfrenta junto a su equipo es el de «detectar las necesidades concretas y conseguir una mayor autonomía» de los usuarios.
–Ya ha cumplido medio año al frente de la Cocina Económica como director. ¿Qué tal ha sido el aterrizaje?
–Ha sido un tiempo de mucho descubrimiento. Llevaba muchos años relacionado con la asociación, pero ahora no dejo de sorprenderme. Me encuentro con realidades muy duras, pero a la vez con una gran capacidad de resiliencia. Desde ese conocimiento de la experiencia propia de la gente, se entiende la realidad y de ahí, el emocionante descubrimiento de historias de lucha que son las que tenemos que compartir con la ciudadanía. A veces tenemos imágenes sesgadas de la realidad. También es una emoción continua ver toda la experiencia que hay en el servicio que desarrollan los más de 100 voluntarios, más de 30 profesionales y la junta directiva. Así como la gran colaboración que existe, es una entidad muy querida.
–¿Cuál es el reto principal al que se enfrenta el equipo?
–Estamos inmersos en un proceso de gestión del cambio en el que nos centramos mucho en conocer las necesidades específicas de las personas individualmente para adaptar todos nuestros servicios y así acompañarlas. Hemos contratado a una consultora, que se llama Extrasocial, y además estamos trabajando muy estrechamente con la Fundación Municipal de Servicios Sociales. Nuestro objetivo no es prestar solo nuestros servicios principales, sino además detectar las necesidades concretas de cada persona para conseguir su mayor autonomía.
–¿Qué es lo principal para poder lograrlo?
–El apoyo. Para poder desarrollar el proyecto necesitamos recursos económicos y colaboración. Pero, es importante destacar la fuerte colaboración e implicación de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, así como la del Principado.
–¿Cuándo habéis comenzado a llevarlo a cabo y cuánto queda para poder ver sus frutos?
–Entre seis meses y un año. Estamos en la fase de diagnóstico institucional y funcional. Tras esta, desarrollaremos el modelo de atención. Estamos elaborando un plan de actuación a dos años vista. El cambio ya ha comenzado desde que se plantea. La idea que tenemos es que este proceso no acabará nunca porque será un proceso continuado de adaptación del proyecto. El modelo implícitamente nos lleva a una revisión continua.
–Cambia el modelo pero, ¿también cambia el perfil de la gente que se atiende en la Cocina Económica?
–Sí. Hay un perfil concreto con problemas de salud mental y adicciones que va siendo progresivamente menor, aunque todavía hay un número considerable. Y, paralelamente, empezamos a detectar un perfil de gente que tienen recursos muy pequeños y con un grave problema de acceso a la vivienda. Con este modelo centrado en la persona que estamos desarrollando queremos conocer el caso e incluso intermediar con empresas para conseguir una pronta inserción laboral.
–¿Cuántas personas hacen uso de la Cocina Económica cada día?
–Unas trescientas. En cuanto a los servicios, damos unas trescientas comidas y doscientas cenas.
–¿Hay un aumento de la demanda?
–Aunque todavía no tenemos datos de este año, puedo decir que hay nuevas altas y, por tanto, demanda. Pero también hay bajas. Aún no sabría calibrar con objetividad la cifra en comparación a otros años. Lo que sí puedo decir es que todas las semanas tenemos nuevas altas. Y, si hay algo que adelantar, durante este mes presentaremos oficialmente la memoria de la institución, que va a cambiar.
–¿Cómo lo hará?
–Va a ser más visual porque percibimos que a la Cocina Económica se la conoce por el comedor social pero hay muchísimos otros proyectos y recursos.
–¿Cuáles son esos otros recursos?
–Uno de ellos es una clínica dental solidaria. Muy pocas personas lo saben y estamos atendiendo a más de cien personas al año. Otro recurso poco conocido y que lleva más de 30 años en funcionamiento es un centro de primera acogida para personas con problemas de adicción y salud mental o para personas con servicios penitenciarios. Queremos visibilizar la asociación en su conjunto aprovechando que este año celebramos nuestro 120 aniversario.
–¿Qué actividades harán para conmemorar esa larga trayectoria?
–Los actos los presentaremos a lo largo de este mes de abril. Estamos en planificación y no tenemos las fechas concretas. Pero queremos que sea una celebración de la ciudad y con la ciudad. Es un servicio de Gijón y queremos compartirlo y hacer partícipes a todo el mundo e invitar a los gijoneses a que nos conozcan y también, cómo no, aprovechar para solicitar colaboración.
–¿Cómo pueden colaborar los gijoneses?
–Hay muchas formas de colaborar. Lo más directo es que los ciudadanos se puedan hacer socios. Eso nos ayuda a hacer una planificación económica. Pero, las colaboraciones con clubs de empresas también nos ayudan porque se pueden generar alianzas para la inserción laboral. Tenemos personas con currículum impresionantes que lo único que necesitan es una oferta de trabajo. Nosotros ofrecemos esa intermediación. También nos refuerza la donación material.
–¿Actualmente hay recursos suficientes para cubrir las necesidades de la entidad?
–No. Necesitamos más recursos económicos. Nuestro saldo es negativo. Es verdad que no solo hace falta apoyo monetario pero es fundamental para poder ser sostenibles. En la medida en la que tengamos más recursos podremos abrir más líneas de trabajo.
–Se va a hacer una reforma en el albergue Covadonga. ¿Cree que sería necesaria también en la Cocina Económica?
–Soñamos con poder adaptar nuestro comedor. Nos gustaría que nos permita una atención mucho más personalizada. Que tenga una ubicación más acogedora donde los comensales puedan autogestionarse con mayor autonomía. Y que sea visualmente y, en la práctica, más abierto a la ciudad.
–¿De qué manera puede hacerse más acogedor?
–Somos conscientes de lo que impactan las colas de acceso. Nos parece muy poco digno. Queremos generar una forma de acceso y un modelo de comedor donde las colas desaparezcan y sea más digno y natural.
El grupo municipal del PP propondrá a la Cocina Económica de Gijón para recibir la máxima distinción de la ciudad, la Medalla de Oro. La propuesta se hará efectiva en la reunión extraordinaria de Junta de Portavoces que se celebrará el próximo 11 de abril, de donde saldrán quienes serán seleccionados para reicibir los honores y distinciones de la ciudad de este año. Se da la circunstancia de que la Cocina Económica celebra en 2025 sus 120 años de andadura. El pleno de Honores y Distinciones se celebrará el 29 de abril.
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