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Entre el céntrico paseo de Begoña y la plaza del Seis de Agosto, nos encontramos otro nuevo ejemplo de una calle corta pero llena de misterios ocultos y curiosidades. Esta vía lleva dedicada al catedrático y consejero de instrucción pública, Acisclo Fernández Vallín, desde agosto de 1891. Popular e históricamente es conocida como la cuesta de Begoña.
Sorteos y un hórreo
La calle Fernández Vallín está peculiarizada, inequívocamente, por un edificio: el de Correos y Telégrafos, hasta el punto de que también conocemos popularmente la calle como la cuesta de Correos. Este edificio de estilo regionalista montañés, con su clásico volumen torreado y sus aleros cortados, está en la línea estilística de la mayoría de estos inmuebles estatales. Ojo, el solar fue adquirido por el Ayuntamiento y se lo cedió al Estado. El inmueble fue proyectado, en 1928, por Luis Lozano y Joaquín Otamendi, quien también intervino en el Palacio de Cibeles de Madrid. Pero esta esquina no siempre fue así.
¿Sabían que durante años fue un espacio vacío donde se instalaba la tómbola benéfica para la rifa Pro-Infancia, la que ideó el pediatra Avelino González junto con José Manuel Lorenzo? Uno de los secretazos de esta calle es que aquí había un hórreo que se puede ver en fotos, sí un hórreo en pleno perímetro de la plaza del Seis de Agosto, fue el último que existió en el casco urbano de Gijón. Aquí también fue famosísimo el sorteo de un «haiga», que tenían allí mismo cubierto con una sábana mientras vendían papeletas. Los «haigas» fueron aquellos coches fabricados en España imitando las largas berlinas estadounidenses de la década de 1950.
Hubo un concurso de localizaciones para la sede de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad. En esta ubicación se levantó con todo boato una enorme grada cubierta para recibir al rey Alfonso XIII y al conde de Romanones, el 15 de agosto de 1913, a fin de hacer el acto protocolario de la colocación de la primera piedra de un edificio que nunca llegó a hacerse. Finalmente se hizo el edificio de Correos, inaugurado el 14 de agosto de 1930, y el Monte de Piedad se erguió en la calle Instituto. ¿Sabían que ese edificio del Monte de Piedad y Caja de Ahorros también incluía un sanatorio y unos almacenes?
Poca gente conocerá que esta calle, tanto de bajada como de subida, fue habitual paso de procesiones como la del Corpus Cristi o la multitudinaria de la virgen de Covadonga, organizada en abril de 1958, de la que da buena muestra a colección fotográfica de Luis Adaro.
El edificio imperialista de Fercavia, fue proyectado por Manuel y Juan Manuel del Busto para Rafael y Guillermo Cuesta, quien fuera el ingeniero municipal de Gijón en aquellos años. En sus bajos, donde hoy está la zapatería, se estableció el conocido comercio de confecciones La Norma en 1953. Justo antes había un edificio del periodo de entre siglos que albergaba una farmacia en la esquina y la confitería de Camilo de Blas a su izquierda. Esa casa era el estudio fotográfico de Laureano Vinck y fue blanco de una de las bombas de la aviación nacional durante la Guerra Civil, en octubre de 1937.
Aprovechando los bombardeos de la contienda, se terminaron de derribar los dos caserones restantes de cada frente de manzana para ensanchar la calle. Por ejemplo, el edificio del cine y hotel Hernán Cortés, se hizo sobre el solar que dejó el caserón donde estuvo el gimnasio de boxeo de la Gimnástica Gijonesa. El Hernán Cortés fue el primer edificio levantado en Gijón, donde se declaró públicamente el afán, y así se hizo, de saltarse las normas urbanísticas, buscando exceder la altura edificada y la ocupación del patio de manzana para alojar el cine y la sala de fiestas. Un esperanzador secreto es que del cine Hernán Cortés se siguen conservando algunos elementos en la parte alta del edificio, en el CICA, como son butacas, una rebobinadora y las máquinas de proyección.
A su espalda se puede visitar un segmento del primitivo callejón de los Franceses, esa ciudadela que arrancaba en la avenida de la Costa y en donde se alojaron, hacinados a pie de fábrica, los especialistas franceses en soplado de vidrio de la fábrica La Industria. Pero esto no acaba aquí, si miramos el plano de Gijón: podremos advertir perfectamente que el inicio de ese callejón se continúa por la calle León y el callejón de La Espaciosa hasta la calle San Antonio. Quién sabe si este fue uno de los caminos primitivos de Gijón. ¡Nos vemos en las calles!
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Josemi Benítez
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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