La secretaria municipal pide a los portavoces que en el Pleno se ciñan a los temas locales

La secretaria municipal, Inmanculada Fernández, trasladó ayer a los grupos municipales –en una junta de portavoces extraordinaria– lo que ya había avanzado en el pleno de febrero. Pidió que las proposiciones se acoten a temas locales, que las competencias sean aquí o, si tiene que ver con otras administraciones, sea por asuntos que afectan a los vecinos de Gijón. Por ejemplo, traer debates sobre la amnistía al Ayuntamiento estaría fuera de lugar.

En cualquier caso esto no es tanto una obligación como una petición, pero que hará saber en la recepción de las proposiciones, sugiriendo una enmienda si procede.

El PSOE aprovechó la reunión de la junta de portavoces para trasladar su queja sobre que el concejal no adscrito no intervenga en los plenos.

Se explicó que Óliver Suárez comunica a Alcaldía en aquellos plenarios sobre los que quiere opinar. Una justificación que no sirvió a los socialistas que denuncian que se desconozca los posicionamientos políticos de un miembro de la Corporación.

También se trabaja ya en la concesión de los Honores y Distinciones de la ciudad, cuya ceremonia oficial con público se hace coincidir con la festividad de San Pedro.

Está previsto que se acuerde en una junta de portavoces de marzo y se entreguen en un pleno en abril.

Hasta 83 viviendas estima el Plan General de Ordenación (PGO) que se podrían obtener en el desarrollo urbanístico de la parcela que ocupa la estación de ALSA entre las calles Llanes, Ribadesella y Magnus Blikstad. Hoy la comisión municipal de Urbanismo tendrá sobre la mesa una propuesta de los servicios técnicos del Ayuntamiento para suprimir, en cumplimiento de una sentencia judicial ya firme, la referencia en su ficha urbanística que condicionaba cualquier actuación sobre este suelo «a la existencia de una estación de autobuses que pueda acoger la actividad presente».

Fue la empresa La Bidasotarra SA, vinculada a la familia Cosmen, la que como propietaria del terreno presentó un recurso contra el PGO aprobado en 2019 para poder construir en él sin tener que esperar obligatoriamente a que en la ciudad exista una alternativa para el servicio de transporte. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) le dio la razón y ahora el plan urbanístico se adaptará a esa sentencia. La mercantil tiene ahora por tanto vía libre para edificar sobre el lugar que hoy ocupan los andenes, si bien se desconocen aún los plazos que manera. ALSA eludió ayer pronunciarse sobre esta cuestión.

Al margen de esa condición que ahora quedará suprimida, en lo que respecta a la ordenación de esta parcela el PGO «asume el estudio de detalle» que fue aprobado en 2016, también con sentencia judicial de por medio –en 2013 el Pleno, aludiendo a razones de seguriad jurídica y a la pervivencia del servicio de autobuses, votó en contra de su tramitación pese a que contaba con todos los informes técnicos y jurídicos favorables, y finalmente tuvo que ser el TSJA quien lo diera por aprobado por silencio administrativo positivo–. En total, la edificabilidad asciende a 8.289 metros cuadrados, de los que 6.079 corresponden a volúmenes de nueva construcción y el resto al edificio histórico de la estación, que al tener catalogación ambiental deberá conservar su fachada actual.

Teniendo en cuenta la particularidad de este inmueble construido en 1940 bajo diseño de Manuel y Juan Manuel del Busto –fue su primera gran obra tras la guerra civil y su primera experiencia en este tipo de edificios–, en el desarrollo residencial de la parcela se diferencian dos espacios. Uno, el de esta edificación concebida en su origen como un local cerrado para el aparcamiento de los coches de línea de ALSA. Además de la fachada, en su transformación a viviendas deberá mantener el mismo volumen, con tres plantas más ático. El bajocubierta que remata ahora el edificio se cambiará por una planta ático que irá adosada a la pared que alberga el icónico letrero de la estación y estará retranqueada tres metros con respecto a las fachadas que dan a Magnus Blikstad, Ribadesella y la zona de andenes.

Con respecto a los edificios de nueva planta, se ubicarán donde hoy están los andenes, separados del inmueble histórico por una plazoleta con acceso desde la calle Ribadesella.

Darán continuidad a los volúmenes de la manzana colindante, con un edificio de seis alturas más ático en la zona más próxima a la calle Ribadesella y otro de ocho alturas más ático en el frente que dará a la zona donde hoy aparcan los autobuses. Ambos edificios tendrán su planta baja ligeramente retranqueada con respecto al resto de plantas, que tendrán una parte en voladizo. El frente hacia la calle Llanes se cerrará –no habrá comunicación, como ahora, con Ribadesella– completando la edificación de la parcela con dos edificaciones de dos alturas.