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SUSANA D. TEJEDOR
GIJÓN.
Jueves, 4 de febrero 2021, 00:37
El Sanatorio Marítimo ha procedido a derivar ya a un total de 21 residentes a distintos centros sanitarios para garantizar su aislamiento, después de que el pasado lunes se decretase un brote entre residentes y profesionales de la institución. Concretamente, 11 han sido ... trasladados al Centro nivel 2 de Corvera, y otros 10 al Hospital de Cabueñes y al H144 del recinto ferial Luis Adaro. El número de contagiados con coronavirus se mantiene en 88, de los cuales 79 son residentes y 9 personal de la institución especializada en atención a personas con discapacidad intelectual.
Las alarmas saltaron el pasado fin de semana cuando se detectó un primer positivo entre los profesionales, después de los cribados quincenales que se llevan a cabo. Tras practicarse las PCR entre los 146 usuarios del Sanatorio Marítimo, se totalizaron 79 afectados entre los residentes y seis entre el personal, cifra a la que posteriormente se sumaron tres más.
La dirección del centro aseguró que «en todo momento se ha actuado con rapidez en la adopción de medidas para controlar y aislar el foco, si bien los residentes no recibían visitas ni realizaban salidas desde la declaración del nivel de alerta 4 en el municipio de Gijón».
El brote coincidió en plena campaña de vacunación en el centro, que administró la segunda dosis a todos los residentes y a la práctica totalidad de trabajadores el 28 de enero.
Dentro de los planes de intervención previstos se contemplan traslados de residentes asintomáticos positivos por covid al Centro nivel 2 de Corvera, donde continuarán con su aislamiento, así como derivaciones a dispositivos sanitarios como el Hospital de Cabueñes o el H144.
La doctora Sandra Charro justificó ayer la necesidad de llevar a cabo estos traslados a otros centros como una medida importante. «Por prevención, no podemos tener gente tosiendo en el centro», anotó.
Por su parte, el coordinador del Observatorio de Salud, Mario Margolles, recordó que el fármaco protege en un 95% a las personas que han sido vacunadas a partir del séptimo día de recibir la segunda dosis, un plazo que no se había cumplido. «No podemos exigirle a la vacuna que proteja tal y como son las características propias de protección de la segunda dosis».
Margolles recordó que el brote se descubrió con la práctica de un cribado rutinario periódico que se hace en todas la residencias de personas mayores y de discapacidad cada 14 días aproximadamente. «Decidimos hacer un cribado generalizado en aquellos edificios que pudiesen estar en mayor riesgo porque trabajaban esas personas positivas».
La mayoría de los casos son asintomáticos, pero hay que tener en cuenta que son personas que tienen una fragilidad especial por sus características clínicas determinadas.
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YAGO GONZÁLEZ MARCO MENÉNDEZ
CHELO TUYA / AGENCIAS
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