Hoguera

San Xuan arde con ganas de folixa y verano en Gijón

Para esta ocasión, el tiempo respetó las ganas de divertirse de Gijón. No se vieron chubasqueros ni paraguas en el horizonte, imagen que acompañó a la fiesta el año pasado, y se generaron auténticas riadas de gente antes y después del encendido en una de las hogueras más multitudinarias que se recuerdan.

La fiesta, como siempre, había empezado horas antes de encender la 'foguera' a medianoche, con las diferentes bandas de gaita que no solo tocaron por el paseo sino también en el escenario donde, horas después la orquesta Cayenna hizo vibrar la noche gijonesa con música y baile por todo lo alto.

«El San Xuan es cita obligada», dijo Valentín Benavente, director de la banda de gaitas de Noega poco antes de subir al escenario. Para él, las ganas de 'folixa' se palpaban en el aire después de «dos años de pandemia».

Como marca la costumbre, poco antes de la medianoche tuvo lugar el espectáculo favorito de los niños: los fuegos artificiales. Casi doce minutos de luces y colores en el cielo nocturno que fueron recibidos con una exclamación unánime. La traca final, estruendosa y muy aplaudida por el multitudinario público, dio paso al encendido de la hoguera.

Chispazos blancos parecidos a los del espectáculo de Pirotecnia Zaragozana encendieron la foguera, que a los pocos minutos empezó a arder por la base y propagando sus llamas entre vítores.

Fogatas en la arena

Los grupos de personas en Poniente se multiplicaron en poco tiempo y, como es habitual, los jóvenes eran los más visibles y fiesteros. Algunos de ellos iban con la idea de hacer su propia hoguera, acompañados de cartones, palés o madera «San Xuan es una de las mejores fiestas de Asturias», afirmó Daniel Suárez mientras cenaba en la arena con su variopinto grupo de amigos de Navarra, Alicante e incluso A Coruña, compañeros de clase de la universidad. «Yo pediré un buen verano y que nos vaya mejor el curso que viene», declaró emocionada la gijonesa Miranda Merino mientras montaba una pequeña pira acompañada de sus amigas, con madera y papeles del periódico EL COMERCIO. Otras construcciones competían con la oficial de Poniente, como la del joven John Kall, estudiante del IES Fernández Vallín que reunió cartones y palés de supermercados. «Desearé mejores notas para el curso que viene que Lengua me salió regular», dijo riendo.

Lo siguiente en la lista de deseos para los más adultos fueron la «buena salud y trabajo siempre», con ganas de un nuevo ciclo para el verano.

Celebración en los barrios

Además de la popular 'foguera' de la playa de Poniente, la ciudad celebró sus fiestas paralelas de San Xuan, algunas de ellas con su propia hoguera, como las de Mareo, La Camocha y Contrueces que siguen atrayendo a su público más fiel.

Por desgracia, este año no hubo hogueras ni en Cimavilla ni en la playa del Arbeyal. La primera de ellas quedó cancelada por las pérdidas del año pasado, dado que «llovió todo el fin de semana y perdimos siete mil euros», según informó Omar López, de la comisión de festejos. Por su parte, la hoguera de la zona oeste se suspendió por problemas de documentación, por lo que se desaconsejó la utilización de la zona del pozo de tormentas como lugar de ocio.