El saltamontes triunfa en el 'solarón': «Es una pasada»

«Vengo todos los años a la pista de hielo desde que están los trineos voladores, soy superfan», reconoce Elena Plaza, quien acompañada con cuatro amigas no duda a la hora de elegir su atracción favorita del elenco que ofrece el 'solarón'. «Me parece genial que pongan otras cosas más allá de la propia pista de hielo. Es una pasada», valora la joven, reconociendo que carruseles como este saltamontes navideño, le encantaría «poder disfrutarlos todo el año». Casi no se ha bajado de la misma y ya está contando los minutos para volver a montarse.

Algo similar a lo que le ocurre a la pareja Nico González y Sergio Rubio, quienes, aún en la cola, no pueden reprimir las ganas de subirse ya a una de las cápsulas que suben y bajan, al tiempo que se confiesan como «un poco frikis» de estos divertimentos. «A nosotros nos encanta montarnos a todo y siempre que vemos la oportunidad aprovechamos». Lo que más valoran del entorno es que «se aproveche este espacio para instalar otro tipo de actividades y fomentar el ocio en la ciudad, además un ocio distinto que no se suele ver». Sobre por qué les gusta tanto la atracción, simplemente reconocen que «mola la adrenalina que sientes cuando estás ahí arriba».

Otro tipo de entretenimiento, más familiar, es el que se vive en la 'Snow City', el circuito decorado con nieve en el que cada día se dan cita padres y madres con sus pequeños. «Es lo que más me gusta del entorno de la pista de hielo porque, de todo lo que hay, es la única opción de la que pueden disfrutar los niños más pequeños que todavía no se pueden deslizar en flotador por el tobogán de nieve», reflexiona Marta Fernández, quien acude junto a su hijo de 18 meses, el pequeño Mateo. Fernández también celebra la seguridad de esta ciudad nevada y el buen ambiente que genera. «Al final acabamos disfrutando los dos igual».

No lo ve así la pequeña Vera, de 4 años, quien ya se ve suficientemente grande para aventurarse en estos lares ella solita. «Dice que ya es una chica mayor», bromea su padre, Luis García, quien pese a todo aún considera que el tobogán es una atracción para niños un poco más grandes y sospecha que no del agrado de Vera: «Creo que le puede dar miedo».

«Más de 1.000 personas han venido. El viernes fue un poquito más flojo, pero a partir del sábado muchísima gente», valora la coordinadora de la pista de hielo, Rebeca Valiente.

«Me parece genial que haya estas actividades tan distintas para la juventud porque así tienen cosas que hacer, se divierten en la pista de hielo, se caen un par de veces y para casa», bromea Rubén Pando, quien recuerda que en su época de adolescente «no había estas cosas y al final en invierno no tenías mucho que hacer». La pista de hielo y sus actividades vuelven a ser uno de los principales atractivos de la Navidad gijonesa. Un clásico ya casi a la altura del turrón y las uvas.