![«Las rosquillas me han protegido toda mi vida»](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/04/gijon-san-blas-rosquillas-kLwE-U230753368355pNI-1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Jana Suárez
Martes, 4 de febrero 2025, 09:33
Las rosquillas de San Blas de la parroquia de Jove –curativas, deliciosas y con mucha historia– «han vuelto a arrasar». Lo destacaba ayer Andrés Vicente Carús, vecino de La Calzada, en Gijón, tras la avalancha de ventas registrada ayer con los bonos adquirdos en los días previos. Carús se definía ayer, lleno de orgullo, como «uno de los habitantes más queridos de La Calzada», aunque el autobombo tenía secreto. «Además de mi buen carácter, es que reparto entre amigos y familiares decenas de rosquillas de San Blas por todo Jove y La Calzada. Yo padezco de la garganta, y llevo más de 40 años comiendo estas rosquillas que me dan alegría».
Con 300 rosquillas salía Carmen Ramos, vecina de Jove, de los locales parroquiales de Santa Cruz de Jove. «Están riquísimas y en nuestra familia es tradición cada año venir a por ellas y repartirlas y porque queremos ayudar a sufragar los gastos de la iglesia». Además, apostilló, «San Blas es el santo de Vimianzo, en Coruña, mi pueblo natal y ahora resido aquí en Jove desde hace más de 40 años. Me ha protegido toda mi vida», relataba Carmen.
El párroco de de la parroquia de Fátima, Jove y El Cerillero, Eduardo Zulaiba, asumió este cargo en abril de 2021, tras el incendio que asoló la iglesia de Jove y siente «una profunda admiración por mis feligreses y voluntarios que ayudan a mantener este parroquia con más fuerza y unidad que nunca y que llevan a cabo numerosas iniciativas como esta de la venta de rosquillas para sufragar importantes cargos: el próximo pintar toda la iglesia y mejorar el tejado».
La veintena de personas voluntarias que han estado trabajando en Jove durante más de tres días han logrado empaquetar 10.000 rosquillas que se adquirían mediante la compra previa de las papeletas en siete locales. «La gente no para de entrar y salir. Y eso que guardamos 5.000 papeletas para vender hoy. Pero cada daño nos superamos. Este año se venden algo más de 700 kilos y seguro que el año que viene habrá que hacer más», relataba con mucha ilusión Víctor Pando, uno de los organizadores de esta tradición que, junto a Montse Álvarez, y Lena Mari Álvarez, llevan desde los diez años colaborando. «Es una promesa que año a año hacemos las familias con mucha fe y devoción».
«San Blas es el santo de los laringectomizados o, más conocido, como el abogado contra los males de garganta, pero también es el santo de los niños porque uno de los milagros que se le atribuye es la curación de un niño al que se le clavó una espina de pescado en la garganta, y por ello es muy importante la misa infantil que se celebra por la tarde en la iglesia de Jove», contaba Judit Luna, la voluntaria más joven de la parroquia y catequista de los niños que reciben en esta eucarestía la bendición de las velas de San Blas en su garganta como protección. Una bendición que solicitaron también los participantes en la abarrotada misa y procesión que tuvo lugar al mediodía y en la que participaron catorce párrocos.
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Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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