Secciones
Servicios
Destacamos
GUILLERMO MAESE
GIJÓN.
Domingo, 19 de febrero 2023, 04:18
No cesan los sustos en la zona rural de Gijón. El último sucedió a las 22 horas del pasado viernes. Javier Fernández, vecino de Castiello, se encontró a dos ladrones en el jardín de su vivienda. Los pilló in fraganti cuando intentaban huir de ... la finca tras escuchar sus pasos por el camín del Barreo. «Mi primera reacción fue salir corriendo detrás de ellos, pero además de peligroso fue imprudente», apunta el vecino afectado.
Lo que es evidente es que los asaltantes, pertenezcan o no a una banda organizada, estudian a los moradores de las viviendas. Aunque en esta ocasión tuvieron un pequeño error de cálculo. La mujer e hija de Javier se fueron de viaje esa misma mañana, pero él no. «Se pensaban que me había ido. Lo peor no fueron los nervios que pasé; lo peor es que si llego a entrar en casa diez minutos más tarde me llevan por delante para salir de ahí», relató Javier a EL COMERCIO desde su vivienda de Castiello apenas unas horas después del asalto Es la tercera vez en cinco años que entran en su vivienda. Esta fue la única en la que los ladrones no consiguieron su objetivo. Tres asaltos en cinco años. Ni el perro ni la alarma en las zonas comunes de la casa disuade a los cacos.
Tras el hallazgo de los ladrones llamó a la Guardia Civil, que 45 minutos después poco pudo hacer para localizar a los asaltantes. «Es muy difícil que una o dos patrullas cubran toda la zona rural de Gijón, pero también es difícil de asumir tener que vivir con miedo y que tarden 45 minutos en asistir a un vecino asustado», relatan los vecinos de Castiello.
A Javier le acompañaban ayer sus vecinos Rodrigo Muñiz y Jesús Álvarez. A este último le robaron el pasado día 11 por la noche, aprovechando que se encontraba de viaje con su familia. «Está claro que nos tienen vigilados, y eso es lo que más miedo da. Pensar que hay gente que te está observando sin que tu los veas», comentaba ayer Álvarez. El robo que perpetraron en su vivienda no tuvo un gran botín. «Ni siquiera les da miedo los perros. Yo tengo dos pastores alemanes, y no les dio miedo entrar igualmente», comenta.
Caso distinto es el de Rodrigo Muñiz. En su casa no han entrado pero dice vivir «atemorizado» con que lo hagan. «Mi hija de quince años se queda sola todas las tardes en casa. Se que no entran cuando hay gente en casa, pero el miedo es un sentimiento que no se puede controlar», relata Muñiz, quien aseguraba ayer que ya siempre deja luces encendidas e incluso música puesta cuando abandona la vivienda.
Visto que la Delegación del Gobierno en Asturias ha paralizado el proyecto de instalación de cámaras en las distintas parroquias afectadas -son mayoritariamente las más cercanas a la zona urbana-, los vecinos aseguran ahora que comenzarán a hacer batidas nocturnas para investigar y disuadir a los ladrones de nuevas fechorías. «Es una medida desesperada», lamentan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.