«Me despisté, se hizo de noche y me tuve que encaramar a una roca. Temí por mi vida»

Fueron pasadas las nueve de la noche, cercano a la puesta del sol (actualmente a las 21.28 horas), cuando dio por imposible salir de las rocas. «Intenté salir por arriba para acceder a la senda que pasa por ese cabo, pero llegué a un punto de no retorno. Se hizo de noche y me encaramé a una roca de no más de un metro cuadrado», narra el veterano pescador, quien acude dos o tres días a la semana a pescar a Gijón. «Había unos matojos que me impedían ver dónde iba a pisar en el siguiente paso. Opté por ser cauto porque temí por mi vida», relata.

Quince minutos después el Helimer Cantábrico estaba en el aire para rescatar a Silvino. A los mandos del aparato Nuria Bravo, comandante jefe y piloto del helicóptero de Salvamento Marítimo. La oscuridad de la noche dificultó la búsqueda. Tal y como le pidieron desde el 112, el pescador sacó el móvil y realizó movimientos circulares con él para facilitar el encuentro.

Los rescatadores comprobaron desde el helicóptero la complejidad de su evacuación por tierra, por lo que optaron por hacer descender al rescatador por la grúa y evacuar a Silvino por el aire. «Hubo un momento en que pensé que iba a pasar ahí la noche. Pasé miedo», asegura. Ya en el helicóptero, Silvino fue trasladado al Hospital de Jove para su exploración. El pescador no presentaba ni heridas ni síntomas de hipotermia. «Los rescatadores de Salvamento Marítimo fueron muy amables y cariñosos. Les estaré siempre muy agradecido», subraya. Llegaron incluso a prestarle dinero para que pudiera coger un taxi a la estación de tren tras su paso por el hospital.