La reparación de la autovía minera entre Gijón y Siero se prolongará durante todo el verano

El Principado adjudicó los trabajos en octubre del pasado año, pero decidió aplazar la actuación hasta que llegase el buen tiempo, importante para avanzar en esta actuación que implica el fresado y reposición de 16,67 kilómetros de firme. La contrata que está llevando a acabo estas obras es la misma que acometió la reparación de la carretera Piles-Infanzón (hace dos semanas culminó los últimos remates en esta vía), así como el reasfaltado de la avenida de Juan Carlos I y la semipeatonalización de la calle San Antonio.

Los trabajos contratados para el lavado de cara de la autovía minera entre Gijón y Siero abarcan varios frentes. Consistirán en la rehabilitación superficial del firme para volver a dotarlo del agarre adecuado, la reparación de juntas de calzada, repintado de marcas viales, colocación de captafaros, instalación o sustitución en varios tramos de barrera de seguridad deterioradas, así como mejora de la señalización en la llegada a Gijón.

La actuación, adjudicada a CGS por 999.000 euros (una baja del 32,77% respecto a los 1,48 millones del precio de licitación), implicará restricciones a la circulación. Concretamente, anteayer, coincidiendo con el arranque de las obras, se cortó al tráfico el enlace de la minera con la autovía del Cantábrico (A-8) en Ceares. Según informó el Principado, durante unos diez días se cortará el carril derecho del tronco principal de la minera (del punto kilométrico 33,250 al 31,500) en sentido Mieres. En el caso del tronco principal se avanzará cortando alternativamente los carriles, pues el ancho de vía, de 10,5 metros, lo permite.

El contrato firmado con CGS establece un plazo de ejecución de medio año, pero el Principado confía en terminar las obras de reparación del firme a la vuelta de verano, dada la solvencia con la que trabaja la empresa valdesana. Se trata de subsanar defectos con los que venían lidiando actualmente los entre 23.800 y 25.700 vehículos que diariamente circulan por esta infraestructura.

La contratación de las obras obedece a los problemas de seguridad vial por el desgaste y daños superficiales del firme, sobre todo en los tres kilómetros más próximos a Ceares, con una accidentalidad más alta que el resto de tramos en 2014, 2015 y 2016. A esto se suma que en algunas zonas concretas los técnicos del Principado habían detectado irregularidades superficiales transversales y longitudinales, aunque no muy marcadas. El objetivo es minimizar una siniestralidad que en los últimos cinco años provocó 31 accidentes en los kilómetros más deteriorados y aprovechar también para mejorar la señalización en el acceso a la ciudad.