La reclamación de 330 millones por la ampliación aún espera

El Musel cerró el pasado año con unos ingresos de 38,2 millones, un 9,3% menos que en 2018. La contracción explica que el balance terminara con un beneficio de 4,7 millones después de impuestos, un 32,4% menos que el curso precedente.

La salud financiera de la entidad está pendiente de los diversos pleitos abiertos a raíz de las obras de ampliación. El informe presentado por la Oficina europea antifraude (Olaf) en 2014 fue la espita de una serie de procesos que se están tramitando con escasa agilidad, lo que redunda en incertidumbre y perjuicio a los afectados.

En el Tribunal de Cuentas la Abogacía del Estado y la Fiscalía reclamaban al expresidente Fernando Menéndez Rexach y su exdirector general, José Luis Díaz Rato, que repusieran 135 millones. Ambos fueron absueltos en noviembre, pero las acusaciones han recurrido.

En el plano penal, la Audiencia Nacional tiene abierta una investigación principal en la que descartó la mayoría de los delitos iniciales, continuando el proceso ahora por prevaricación y fraude. La pieza separada sobre el programa 'A ver la ballena' fue recientemente archivada.

De cara a las finanzas de El Musel, resulta clave en qué quede la reclamación de 330 millones que formulan los constructores de la ampliación, agrupados como UTE Dique Torres. La sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) tiene desde junio de 2016 el procedimiento en suspenso, a la espera de que la Audiencia resuelva primero el suyo, según reconoce en las cuentas de 2019.

También sigue en el aire el procedimiento de la Comisión Europea, que en 2014 pidió recuperar 198 millones de la subvención a las obras y no pagar otros 49,5 comprometidos. El Musel alegó, espera que sus argumentos «sean tenidos en cuenta» y quede sin efecto ese proceso.