LUCÍA BARRIO
GIJÓN.
Viernes, 29 de octubre 2021, 02:43
La presidenta de Abierto hasta el Amanecer, Sofía Moreno (Piedras Blancas, 1994), afronta la que es ya la trigésima edición del programa -que empieza hoy- con especial ilusión. Por un lado, por recuperar la estabilidad y la actividad que la pandemia les arrebató. Y, por ... otra parte, con la idea de aprovechar esa pausa para revisar lo andado hasta ahora: «La pandemia ha desmontado las planificaciones que teníamos y ahora es necesario hacer algún cambio».
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-¿Cómo encaran esta trigésima edición en la que, además, retoman la presencialidad?
-Esta situación sin duda nos ha marcado y quiero pensar que nos va a ayudar de algún modo a revisar cosas y a llevar a cabo los cambios necesarios. Fruto de eso surge la idea de volver a lanzar un análisis de la realidad de la juventud gijonesa, como el que impulsó la creación de esta asociación hace ya casi 25 años. Hay muchas cosas que dábamos por hecho hasta ahora y de repente han cambiado.
-¿Qué ha cambiado?
-Es algo que creo que nos ha pasado a todo. En un primer momento vas tirando hacia delante, pero las consecuencias de la pandemia se empiezan a ver a medio y largo plazo. A la gente le cuesta recuperar la presencialidad, hay ciertos miedos.
-¿Cómo influyó el confinamiento a los jóvenes?
-Les afectó sobremanera, no relacionarse con otras personas marca mucho, sobre todo en una etapa de la vida en la que relacionarse con otros no es un capricho, es una necesidad. Esto cortó la vida de muchas personas y ahora es momento de recuperar todo lo que no se pudo vivir hasta este momento.
-¿Cómo abordan esa situación?
-Tenemos actividades que contarán con un menor aforo y grupos de trabajo más pequeños, pensando precisamente en esas personas que quieren recuperar la actividad de manera más tranquila, poco a poco... Una de ellas es la de bienestar y salud mental que, por cierto, estamos sorprendidas porque es una de las más demandadas hasta ahora.
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-¿Notan más preocupación por la salud mental?
-Sí. Queremos acercar este tema y romper el tabú que hemos tenido como sociedad hasta ahora respecto a la salud mental y trabajarlo con la juventud de la ciudad.
-¿Por qué ahora?
-Es el momento más indicado viendo los datos que tenemos últimamente, que son graves. Al final, como se transforma en una cifra, nos pasa como con los fallecidos durante la pandemia. Tu cabeza lo acaba asumiendo como simples números... Al final asimilar la realidad tampoco es fácil.
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-¿Qué más temas les preocupan?
-En general, a todas las personas jóvenes lo que les está marcando es la incertidumbre en todos los aspectos de su vida. La pandemia ha desmontado las planificaciones de vida que podíamos haber tenido dentro de la precariedad que ya existía. Estamos en un momento en el que cuesta encontrar a qué aferrarse.
-¿Qué respuesta se puede dar a esa incertidumbre?
-Por lo menos, queremos visibilizarlo, seguramente nosotros no tendremos la respuesta mágica, pero sí queremos ponerlo encima de la mesa y ver qué se puede hacer, identificarlo, ponerle cifras y recoger toda la información para buscar soluciones.
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-¿Cómo afrontan esta etapa?
-Con mucha ilusión, además tenemos gente nueva que viene con muchas ganas. Esperamos tener mas estabilidad que en los últimos meses, en los que hemos tenido muchos altibajos, para trabajar y enfocar las energías en otras cosas como ese análisis de la realidad.
-¿Qué actividades son las más demandadas por el momento?
-Los talleres de cocina a la gente le encanta, es una actividad que llevábamos mucho sin hacer y la gente está loca de ganas de volver a ponerse con las manos en la masa.
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-¿Alguna más que sobresalga?
-La formación de manipulación de alimentos también tiene mucha demanda, el taller de 'cosplay' que es nuevo este año, y el de peluquería y uñas para Nochevieja también ha tenido mucha demanda. El de orientación laboral, asimismo, tuvo mucha repercusión. Aunque la verdad que todas han tenido en general buena acogida.
-¿Van a buen ritmo las inscripciones?
-Sí, estamos muy contentas, empezamos este finde además con una actividad muy especial que es el Samaín, nuestro Halloween a la asturiana. Tenemos ganas de arrancar, de llegar a nuevas personas y retomar la nocturnidad.
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-¿Cómo van a celebrar ese Halloween a la asturiana?
-Habrá un taller de cócteles sin alcohol, otro de magia, un rastreo nocturno por Cimavilla, otro taller de tarot y uno más sobre la buena muerte que hacemos en colaboración con la asociación Derecho a Morir Dignamente.
-Estrenan dos nuevos espacios en esta edición.
-Sí, uno es la Casa del Chino de Cimavilla. Y también llevaremos nuestras actividades a la asociación vecinal de Nuevo Roces.
-¿Cómo surgió la idea de ampliar sedes?
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-Fue fruto de la reflexión, en el 'momento pandemia' tuvimos que buscar nuevos espacios como parques o plazas y nos movimos más por la ciudad y a la gente le gustó. Entonces nos pusimos en contacto con asociaciones vecinales que ya habían mostrado interés anteriormente y lo planteamos.
-¿Se han solucionado los problemas de financiación que estropearon la relación con el Ayuntamiento?
-La relación ha mejorado y hay más comunicación. Ahora estamos a la espera, por un lado, de recibir la segunda parte del convenio para financiar las actividades. Y, por otro lado, también estamos pendientes de hacer la mudanza de nuestro local, ya que tenemos concedido uno municipal en la zona de Moreda pero falta que terminen las obras.
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