«Queremos ayudar a mejorar la educación de los niños y la formación de los docentes en Chad»

El colegio de la Inmaculada recaudó fondos para el proyecto educativo de Entreculturas con la venta de sus bocadillos solidarios

andrea machado allende

Miércoles, 5 de febrero 2020, 19:45

«Queremos concienciar al alumnado de la realidad social y que seamos capaces de ofrecer ayuda a quienes lo necesitan», explicó hoy Begoña Rey, coordinadora de Formación del colegio de la Inmaculada. Es por ello que, un año más, el colegio se ha unido ... a la asociación de jesuitas 'Entreculturas' en su proyecto para «mejorar la educación de los niños y la formación de los docentes en Chad» a través de la venta de bocadillos solidarios.

Publicidad

Cientos de alumnos compraron su ticket para recoger el bocata y «contribuir así con la gente que no tiene las mismas posibilidades que nosotros». «Queremos ayudar a llevar la educación a Chad, tanto a los alumnos como a los profesores».

Junto a esta iniciativa solidaria, los alumnos de primero de bachiller participan también en una campaña de concienciación social, para que «el alumnado se dé cuenta de las desigualdades sociales dentro de la propia ciudad de Gijón».

Unir el bocata solidario a esta campaña de concienciación fue la idea primigenia gracias a la cual pudieron visitar diferentes asociaciones dentro de la ciudad como residencias de ancianos, colegios o sanatorios «para ayudarles en aquello que necesitasen».

Y como colofón, «para que la solidaridad se extienda a más cursos», los mayores se dedican a actuar como tutores de los más pequeños en actividades conjuntas como la creación de un mural solidario que se entregue luego a las asociaciones que participan en el proyecto.

Publicidad

«Trabajamos con personas mayores, con personas discapacitadas y también con niños», explica Ángela Lavilla, de primero de bachiller, aunque ella se dedica especialmente a «ayudar a leer, escribir o hacer deberes a los niños más pequeños».

Cecilia Sánchez y María Lasa, de cuarto de la ESO, destacan también «la importancia de darnos cuenta de que todos podemos ayudar a que el mundo cambie con pequeños actos y hacerles ver eso a los más pequeños, que son el futuro». «Ser tutoras de niños de cinco años es una experiencia muy bonita, pero al mismo tiempo una responsabilidad porque hay que hacerles ver lo que está pasando». «Hay que concienciar a los niños desde que son pequeños para que tengan un pensamiento más positivo cuando crezcan, y por eso proyectos como este son muy importantes porque pueden mejorar la situación en lugares que lo necesitan como Chad» añade su compañero Alberto Sanz, del mismo curso.

Publicidad

Junto a esto, los alumnos de bachiller organizaron juegos para todo el colegio relacionados de alguna manera con las actividades que llevan a cabo en las sesiones que realizan en las distintas asociaciones de Gijón. «Tenemos desde juegos tradicionales hechos por los que trabajan con niños hasta un bingo en representación de las residencias de ancianos», explicó Pablo San Vicente, coordinador de los juegos.

Otra de las novedades en el planteamiento de este año fue la adición de una fila cero para que los antiguos alumnos del colegio pudiesen participar comprando un ticket y aportar dinero a pesar de no poder estar presentes en la entrega de los bocadillos. «Queríamos plantear qué es lo que hay al otro lado de lo que conocemos y abrir las puertas de nuestro colegio a la realidad social que nos rodea», añadió Rey.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad