VIOLETA DE LA PUENTE
GIJÓN.
Sábado, 30 de junio 2018, 02:31
«Nuestros hijos y nietos están castigados sin poder jugar por las calles», rezaba una de las pancartas sujetada por un vecino de El Coto en la concentración de protesta que ayer tuvo lugar delante del teatro Jovellanos, coincidiendo con la entrega del título de ... Hijo Adoptivo de Gijón al sacerdote José Antonio García Santaclara, impulsor del centro de día Milsoles. La actual ampliación de este centro es la fuente de la discordia.
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Más de un centenar de personas se manifestaron para criticar la concesión del galardón a Santaclara. «Fuera medallas, menos premios y más escuchar», gritaban al unísono mientras hacían sonar con fuerza los silbatos. «A Dios rezando y con el mazo dando», se leía en otro de los carteles que confeccionaron los propios vecinos que se sienten damnificados por la presencia del centro de atención a drogodependientes en el barrio.
La concentración se desarrolló de manera pacífica, aunque hubo momentos de tensión cuando un grupo de quince personas salió en defensa de la concesión de las medallas de la villa y formó una barrera humana delante de quienes protestaban. «Intentamos hacer una barrera simbólica porque no puede ser que estén enturbiando un premio por una actitud racista», explicó Javier Arjona, uno de los que se enfrentó con los vecinos de El Coto. La disputa quedó inmediatamente resuelta en el momento en que la Policía encargada de controlar el acto decidió actuar y poner coto al enfrentamiento.
«Recogimos 1.200 firmas en contra del centro Milsoles y están registradas en el Ayuntamiento desde el 23 de febrero. Esta proclamación de hijo adoptivo de Santaclara es de abril, ya tenían las firmas sobre la mesa. Por eso estamos aquí», explicaba Manuel Álvarez, uno de los vecinos encargados de organizar la manifestación. «Es un cúmulo de mala fe por parte de Santaclara, de la Fundación Siloé y del Ayuntamiento», prosiguió. Los residentes de la calle Quevedo, donde se sitúa el centro, están «más indignados que nunca» desde que se hiciese pública la ampliación de las instalaciones, en lugar de trasladar el centro «a un lugar más adecuado». «La ampliación no es solución», proclamaron. «Desde Servicios Sociales nos dijeron que no podían buscar otro sitio, pero resulta que sí pueden ampliarlo», explicó Álvarez. Una de las afectadas afirmó que recientemente han incorporado «mediadores» que se encargan de solucionar posibles conflictos, pero esto ha desembocado, lamentó, en que las personas que frecuentan el centro estén más «agresivas» con los vecinos..
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