El policía que recibió una cuchillada en la cara durante una intervención en Gijón: «Dos centímetros más abajo y no lo cuento»

«Los médicos me dijeron que si los cortes llegan a ser dos centímetros más abajo, no lo cuento». El policía Omar Silva Iglesias fue uno de los protagonistas de la celebración de los Santos Ángeles Custodios de la Policía Nacional de Gijón que tuvo lugar en el recinto ferial Luis Adaro y un año más reunió a miembros del cuerpo, familiares y autoridades civiles, militares y policiales. El agente Silva Iglesias recibió la máxima distinción, la medalla al Mérito Policial con distintivo rojo por arriesgar su vida durante una intervención con un paciente psiquiátrico en El Coto el pasado mes de marzo, cuando acudió junto a un compañero de los 'Zetas' al auxilio de una madre desesperada que había sido agredida por su hijo, afectado por una grave enfermedad mental. El agente recibió una cuchillada en la cara.

«Habíamos intervenido en el mismo domicilio una semana antes y el chico estaba tranquilo, cuando llegamos aquella tarde la madre estaba en la calle, nos dio las llaves y nos dijo que la había agredido pero que parecía que estaba más controlado, abrimos con la llave que nos dio la mujer y vimos al chico sentado, sin decir nada se levantó y vino hacia a mí directamente con un cuchillo que llevaba escondido detrás de la espalda, me salvó mi compañero que lo pudo reducir», dice el policía, que llevaba 21 años en el cuerpo y asegura que fue «la intervención más complicada» de su trayectoria profesional. Sufrió profundos cortes en la cara y estuvo de baja tres meses. Hoy sus compañeros le brindaron un caluroso aplauso por «el trabajo bien hecho» y con el convencimiento de que «le podría haber tocado a cualquiera».

Junto a él fueron condecorados otros doce policías con la cruz al mérito policial con distintivo blanco y también dos personas ajenas a la Policía Nacional por su colaboración: Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, y el comandante naval Luis Márquez.

Ampliar

«Vivimos en una de las ciudades más seguras de España, pero la inseguridad cero no existe, lo que tenemos por objetivo es conseguir mantener esos niveles lo más bajo posible», señaló el comisario principal, jefe de la Comisaría de Gijón, durante su intervención en el acto. Apuntó que los robos en viviendas habían descendido un 51% y que por el contrario se produjo un notable aumento de los delitos cibernéticos, que ocupan ya el 33% del volumen de trabajo de la policía gijonesa.