V. T.
GIJÓN.
Lunes, 5 de noviembre 2018, 01:40
«Estoy muy dolido, no entiendo que haya pasado esto». Una denuncia por malos olores ha obligado a Luis Rodríguez, vecino de La Olla (Deva), a buscar una solución inmediata para deshacerse de sus nueve cabezas de ganado: tres vacas y seis terneros después ... de que la Policía Local se personase en su finca el pasado viernes. La denuncia por el mal olor derivó en un problema añadido para Luis, que no cuenta con la licencia municipal pertinente para la tendencia de ganado.
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«Llevo en esta finca desde 1980, antes ya estaba mi padre, nunca tuvimos la licencia y no puedo entender que ahora me pase esto después de tanto tiempo», revela con incredulidad. Los malos olores son el motivo de la denuncia impuesta por uno de los vecinos de la zona. «Tengo un tendejón de chapa donde los animales descansan y comen que colinda con algunas fincas», revela. De ahí la queja de uno de los residentes del lugar.
Fue en el mes de abril cuando Luis Rodríguez supo de la denuncia. El Ayuntamiento de Gijón le exigía tener la licencia de actividad en regla. Sin embargo, el ganadero se defiende. «No la tengo porque no es habitual para tan pocas cabezas de ganado como las que yo tengo», argumenta.
El pasado viernes -día en el que acabó el plazo concedido por el Ayuntamiento para deshacerse de los animales antes de precintar el establo- se personó en su finca la Policía Local para advertirle de que hoy sería precintada de forma definitiva. «He tenido que buscar una solución rápida para dar una salida al ganado», explica. Y por esta razón, con mucho lástima, ayer ya decía adiós a cinco de estas reses: «No sé qué voy a hacer con las otras cuatro, algunas están preñadas y no puedo venderlas para carne», continúa. El ingeniero agrónomo Luis Brea, redactor del recurso, manifiesta que la actividad de Luis Rodríguez «no supera el límite establecido por el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (Raminp), que se establece en ocho Unidades de Ganadería Mayor (UGM). El caso de Luis es de 7,3 UGM «por lo que no necesita dicha licencia».
Además, considera «un atropello» la forma de actuar del Ayuntamiento. «No entendemos que se haya tomado esta decisión sin prácticamente estudiar el caso, la Policía acudió al lugar para informar de que la finca sería precintada sin preocuparse de conocer los detalles de la situación», relata. Para evitar este triste final, Luis Rodríguez ha mandado un escrito al Consistorio con el que espera «llegar a un acuerdo e intentar que entiendan la situación», dice. Sin embargo, lamenta, «de momento no hemos recibido ningún tipo de respuesta».
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El terreno de Luis Rodríguez se divide en dos parcelas que alcanzan las tres hectáreas. «¿Qué impacto pueden tener nueve animales en una finca de estas dimensiones?», afirma Brea.
El afectado reconoce que este es el primer problema que se encuentra después de tres décadas con la finca: «Me da pena porque somos todos gente de aquí y no es agradable estar de malas con alguien con quien tienes que convivir». De momento Luis Rodríguez espera una rectificación del Ayuntamiento para poder continuar con sus labores y mantener a los animales que ahora tiene. «Estoy muy dolido por esta situación», concluye.
Entretanto, fuentes cercanas a la parte denunciante mantienen que la versión ofrecida por el denunciado «es falsa».
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