«Donde está la Policía Local caben usos sociales y un gran centro multicultural»

–¿Aceptó el cambio con gusto o con resignación?

–Para mí es un orgullo que me pidan capitanear unas políticas sociales, asistenciales y de reinserción que son muy necesarias, porque detrás de cada persona en situación de vulnerabilidad hay un proyecto de vida truncada. Y no empiezo de cero. Ángeles Fernández-Ahúja hizo un trabajo sobresaliente y, aunque me lo ha puesto difícil porque el listón está muy alto, lo que deja sobre la mesa, consiguiendo además unos buenos presupuestos para Servicios Sociales, hará la labor más fácil. Además, este área tiene un gran paralelismo con la Concejalía de Participación, porque las dos te obligan a estar mucho en la calle. Que nadie piense que ahora estaré metido en el despacho, seguiré en la calle, con las entidades y con las personas que necesitan nuestras políticas sociales.

–¿Qué claves le ha dado su predecesora?

–En la medida de lo posible continuaremos con sus grandes objetivos. Pasan por seguir fortaleciendo a grandes entidades de intervención social, como pueden ser la Cocina Económica y un Albergue Covadonga al que se encontró en una situación crítica que afrontó aumentando sus ayudas en medio millón de euros; por continuar con la estrategia que planteó para combatir la soledad no deseada entre la población mayor; por trabajar con un nuevo contrato de ayuda a domicilio que ya dejó adjudicado; por llevar las políticas sociales a pie de cada barrio con nuevas unidades de trabajo social...

–Ahí, Fernández-Ahúja perdió la batalla para recuperar y darle un uso social a los antiguos juzgados de Prendes Pando.

–Era una oportunidad, pero aunque había la posibilidad de aprovechar cuatro millones de fondos europeos, según Hacienda eran necesarios 12 millones más. No es viable. ¿Qué nos queda? Las instalaciones de la Policía Local, cuando se mude a su nueva sede. En nuestro programa llevábamos que fuera un gran centro de integración multicultural, pero eso puede combinarse perfectamente con espacios para servicios sociales, como un centro de día o una unidad de trabajo social que permita seguir descentralizando la atención al ciudadano.

–Explíqueme lo del centro multicultural...

–La inmigración seguirá estando entre mis competencias. Y en Gijón representa un colectivo creciente de nuevos asturianos que cuenta con un importante tejido asociativo. Pero son asociaciones con una tremenda necesidad de espacios o locales donde poder reunirse, organizar actos culturales o festejos... Muchas veces dependen de que les dejen una cafetería, el salón de actos de una iglesia o una trastienda para hacer recogidas de alimentos. La idea es que en la actual jefatura puedan tener salas de reuniones, un salón de actos, espacio de almacenaje... También podría incluir la Oficina Municipal de Información a Inmigrantes, que así estaría más céntrica.

–Entre sus nuevas tareas entra la Vivienda, un tema que cada vez preocupa más...

–Se está actuando. La concejala subió el tope de renta para poder optar a las ayudas al alquiler, en La Camocha están en obras diez bajos para hacer viviendas para personas con movilidad reducida y en Cimavilla se va a licitar la reforma de otras siete con el objetivo de dedicarlas a la gente joven.

–¿Qué balance hace de este año y medio en Participación Ciudadana?

–Cuando llegué no había ni oficina técnica, ni dirección, ni personal... Al gobierno anterior se le llenaba la boca hablando de participación, pero solo eran palabras. Nosotros la sacamos a la calle, iniciamos la Escuela de Participación y hemos actualizado el reglamento de 2008 con un documento que ya está consensuado con todas las entidades y fuerzas políticas y que si no ha pasado aún por el Pleno es por los trámites burocráticos. También me encontré con unos consejos de distrito que echaban fuego por la boca y ahora me piden que no me vaya. Mire, aún ayer el presidente de la federación rural me dijo que no conocía a nadie al que no le haya cogido el teléfono cuando me ha llamado para cualquier cosa.

–Habrá recorrido Gijón más que nunca...

–Es una de las cosas que más echaré de menos. He conocido cada rincón, cada charco, cada asociación... Todo para hacer de intermediario de los vecinos. Si había una luz fundida o si faltaba una papelera, lo apuntaba en la libretina y lo decía al concejal de turno. A mi sucesor le dejo una concejalía bien encarrilada. Y estoy seguro de que lo hará muy bien porque además Abel (Junquera) ya venía conmigo a casi todos los lados, parecía mi sombra.

–En materia de Atención a la Ciudanía, Nuevo Roces lamenta que su centro municipal no llega.

–Los recursos son limitados y las cosas llevan su tiempo. Nos hemos dejado la piel viendo alternativas y la opción más factible, porque lo quieren ya, sería ir ampliando por módulos la actual sede vecinal. Que vaya creciendo según la urgencia de cada cosa que nos piden: una sala de estudios, una biblioteca infantil, una sala multiusos, una unidad de trabajo social que empiece con dos días a la semana... Y que no haya partida en el presupuesto no quiere decir que no se empiece a hacer en 2025, porque para eso existen las modificaciones presupuestarias.

–También deja en el limbo el traslado del archivo municipal.

–Ese traslado es muy recomendable por razones de espacio, del estado de las instalaciones actuales... Pero la decisión depende de las posibilidades logísticas, que es una cuestión que compete más a Infraestructuras.

–¿Cómo ve la situación del PP local?

–Creo que está en vías de conseguir un equipo fuerte y unido, a la altura de los retos que nos vienen y a la que nuestros votantes y la ciudadanía esperan.

–Queipo llama al consenso...

–Una candidatura de consenso sería lo ideal. Y estoy convencido de que si hay alguna haremos algo importante. Pero juntos, con un PP fuerte que, además, por primera vez está en el gobierno local.

–¿Son sostenibles diez años sin congreso?

–Hubo un cúmulo de circunstancias que nos llevaron a una prolongación que nadie esperaba. Pero el congreso va a llegar, más temprano que tarde. Esta semana en la junta local, en la que el presidente del PP de Asturias estuvo brillante, de lo que hablamos fue de no mirar atrás y empezar a mirar hacia adelante, y todos a una. Y salimos con mucha ilusión.

–Dice que la candidatura de consenso sería «ideal». ¿Y la ve factible?

–Yo creo que la va a haber.

–¿Quién le gustaría que la liderara?

–Si de verdad buscamos consenso, no toca hablar de personas, sino de proyectos.

–¿Y a usted le gustaría tener alguna posición relevante o incluso postularse como presidente?

–Bastante tengo con lo que tengo (risas). Yo voy a estar donde me pida el partido. Cuando me pidió ir a poner carteles por la noche, fui; ahora que me pide ser el máximo responsable de las políticas sociales de Gijón, lo acepto con orgullo; y el día que me pidan marcharme, me marcharé. Donde me pidan. Pero claro, para mí sería ilusionante tener peso en el aparato a nivel orgánico.

–¿Hay alguien que sea un obstáculo para ese consenso?

–Nadie es un obstáculo. Aquí todos vienen a aportar. Cada uno tiene su concepto, su esquema y su estrategia para hacer un PP más fuerte. Se trata de consensuarlas.