La playa perderá en 30 años arena con un «valor recreativo» de 35 millones

¿Cómo afectó a San Lorenzo el nuevo dique? El Ministerio de Medio Ambiente encargó tres estudios al Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex). Los trabajos, hechos entre 2014 y 2015, incluyeron replicar la playa a escala 1:52 en un tanque. La arena se dispuso capa a capa, siguiendo las barimetrías hechas a San Lorenzo; un generador de oleaje reprodujo las situaciones de temporal y el agua se fue metiendo y sacando al ritmo de las mareas. Todo quedó grabado.

Los técnicos concluyeron que «la última ampliación del puerto podría reducir los depósitos de materiales en los sectores central y oeste de la playa, probablemente como consecuencia de la eliminación prácticamente total de los oleajes del noroeste».

Se simuló un relleno para ver qué ocurriría. «El volumen necesario de arena y su disposición en la playa deberán concretarse en un proyecto específico», matizó el Cedex. Si se tomaba como referencia las batimetrías de 2009, el volumen debería quedarse en 110.000 metros cúbicos pero si se ciñen a las del temporal de 2013 llegaría hasta los 210.000. El vertido simulado se mostró estable y con él se considera que «la playa dispondrá de una reserva de arena en caso de que se produzcan nuevas situaciones erosivas».

En el ministerio ganan ahora fuerza quienes creen que el cambio climático acelerará ese proceso y se financian estudios al Instituto de Hidráulica Ambiental para que analice las consecuencias. Sus cálculos sitúan a San Lorenzo como la playa más vulnerable de Asturias a la subida del mar, estiman en 7.500 metros cuadrados la pérdida de arena en el año 2050 y en 35 millones de euros su «valor recreativo». La tasación se hizo teniendo en cuenta el espacio que ahora los usuarios pueden ocupar, las horas que efectivamente pasean o ponen la toalla, y el espacio que se perderá para ello.