El plan de Movilidad fía la reducción de emisiones en un 40% a que la ciudadanía cambie de coche

Los redactores del Plan de Movilidad realizaron simulaciones para cuantificar el impacto sobre el uso del vehículo particular que tendrán medidas como la implantación de zonas de bajas emisiones y áreas de prioridad residencial, la limitación de aparcamientos en el centro urbano, la reducción de carriles en algunas calles y la implantación del doble sentido de circulación en otras como Pablo Iglesias y Manuel Llaneza. Su conclusión es que la densidad del tráfico en Gijón pasará, en el periodo de vigencia del plan (2022-2030), de 296,6 millones de vehículos por kilómetro al año a 287,7 millones, lo que supone un descenso del 2,98%.

Sin embargo en el mismo documento se recoge la previsión de que las emisiones de NO2 -«un contaminante tóxico cuya principal fuente en las ciudades es el tráfico motorizado y que según el Instituto de Salud Carlos III provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras»- se reduzcan en ese mismo plazo de 95,47 a 57,5 toneladas al año, lo que equivaldría a una caída del 40%. Y en paralelo, las emisiones de CO2 pasarían de 50.529 a 37.736 toneladas al año, un 25,3% menos. La diferencia entre el ligero descenso de la densidad del tráfico y la notable caída de las emisiones se argumenta en que, en paralelo, habrá «un cambio de tecnología de los vehículos que circulan por la ciudad», aumentando de forma importante el peso que tienen en el conjunto del parque móvil los modelos menos contaminantes.

Los técnicos toman como ejemplo la experiencia de Madrid, «donde ya se ha implantado un ámbito de bajas emisiones en la zona centro y una ORA ambiental», considerando que con la aplicación de este tipo de medidas en Gijón puede darse «un cambio tecnológico similar». Entre 2018 y 2020 en la capital se pasó de un 16% de vehículos sin etiqueta ambiental a un 10,2%, mientras que los que tienen la calificación de 'Eco' aumentaron desde el 4,2% al 12,6%. A partir de estos datos los redactores incluyen en el Plan de Movilidad una extrapolación de cómo puede evolucionar la composición del parque móvil en Gijón en los próximos ocho años.

Como base para cuantificar este cambio utilizan los datos de 2020, cuando en el concejo constaban un 32,1% de vehículos sin etiqueta -en la actualidad este porcentaje es del 29,7%, equivalente a 36.000 turismos-. La previsión es que en 2030 su porcentaje se reduzca a tan solo el 18,8%, con un peso sobre la totalidad del parque móvil trece puntos por debajo del que tiene ahora. Los vehículos identificados con la etiqueta ambiental B -correspondiente a coches de gasolina matriculados entre 2001 y 2006 y diésel entre 2006 y 2015- deberían pasarían de representar un 29,8% del total a tan solo el 13,1%. Y el resto de categorías, las consideradas menos contaminantes, pasarían de ser un 38% del parque móvil a más de dos tercios del total (68,1%).

En concreto el plan confía en que los coches con la etiqueta C (diésel posteriores a 2015 y gasolina posteriores a 2006) se eleven del 36,4% actual al 45,2%. Los reconocidos como 'Eco', principalmente híbridos pero también los propulsados por gas y los eléctricos con autonomías inferiores a 40 kilómetros, pasarían de ser tan solo el 1,5% del parque móvil al 20,7%. Y finalmente los vehículos '0 emisiones' (principalmente eléctricos y de pila de combustible) elevarían su peso del 0,1% actual al 2,2%.