La picadura del pez escorpión se lleva la palma

Un médico, una enfermera y dos técnicos forman el equipo que se encuentra al frente de la UVI móvil situada en la escalera 12 de la playa de San Lorenzo, en Gijón. Llevan allí todo el verano -y estarán hasta el 30 de septiembre-, en horario de nueve de la mañana a diez de la noche, atendiendo las urgencias de los bañistas del principal arenal gijonés. Este verano ya acumulan unas 300 intervenciones médicas, dentro de las cuales la picadura de pez escorpión es la más común. Se trata de una especie que se encuentra por lo general en bajamar y cuya picadura causa un dolor muy agudo. Hay días que llegan a atender a entre diez y doce pacientes por esta causa. También abundan las curas de heridas o de lesiones de aficionados a los deportes acuáticos -«hemos visto un par de hombros luxados», cuentan- e incluso por caídas en el propio paseo del Muro. Y cuando aprieta el calor, aumentan los cuadros de hipertensión.

Aunque no es lo más habitual, en ocasiones se les presentan casos mucho más graves, de afección cardíaca o neurológica. Pero, afortunadamente, este «está siendo un verano normal». Con mucha más gente, eso sí. «Notamos un gran número de turistas», asegura el equipo médico al frente de esta UVI, integrado por Jorge Mcphail, médico; Vanesa Molina, enfermera; y Hugo Jordán y Sergio Bernardo, técnicos.

Ellos se consideran un eslabón más de «una cadena» que también componen socorristas, policías y bomberos. Todos son conocedores de lo que ocurre, trabajan bajo la coordinación de una central y, en función de cada caso, se deciden los medios necesarios para la actuación.

Lo normal es que inicialmente intervengan los socorristas, que están formados en primeros auxilios y realizan una primera atención. «Están en comunicación con nosotros para decirnos lo que hay y actuar», asegura el equipo médico, que recomienda «siempre hacer caso a lo que dicen los socorristas. Ellos son los que saben y hay situaciones que son evitables si seguimos sus recomendaciones».

La UVI móvil se encuentra equipada al completo con un respirador, un monitor con un desfibrilador, una bomba de difusión para introducir la medicación de manera más controlada y un aspirador. Además, cuenta con material para inmovilizar fracturas, atender quemaduras, suturar, cauterizar una vía y todo tipo de medicamentos especializados para diferentes dolencias... «Tenemos todo lo que tiene una urgencia pequeña», explican. Realizan asimismo la atención y el traslado del paciente al hospital si es necesario. La valoración del traslado es «subjetiva, depende de muchos factores». El primero es, por supuesto, el nivel crítico del paciente, como puede ser una afección cardíaca o la necesidad de realizar algún estudio más de confirmación del diagnóstico. «Antes de quedarnos con dudas lo derivamos al hospital para que sea examinado por un especialista», resaltan.

Aunque la base, durante el verano, es la playa de San Lorenzo, el personal de esta UVI móvil se encarga también de la atención a los bañistas del resto de playas del concejo (Arbeyal, Serín, Cervigón, Estaño, Peñarrubia y Poniente).

Su trabajo es fundamental y su labor, encomiable. A cambio de su entrega solo piden una cosa: «Hacer caso a las recomendaciones y directrices de los socorristas, beber mucha agua y echarse crema de sol». Solo eso para disfrutar de una jornada de sol, baño y paseo, y así intentar «evitar lo evitable».

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