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El personal de la Residencia Mixta de Pumarín denuncia «el estado deplorable en el que se encuentra el edificio». Grietas, humedades, cristales rotos, desperfectos en la fachada... «La residencia lleva mucho tiempo muy mal, pero a raíz de las lluvias y los temporales de enero ... la situación es ya lamentable», lamentan los trabajadores.
Han pasado cuatro años desde que el Ayuntamiento de Gijón requiriese a Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) que reparase la fachada de la residencia tras los desprendimientos de cascotes de la fachada a la vía pública y dos desde que el Principado aprobase una partida de 4,4 millones para la reforma integral de la fachada y la cubierta y las instalaciones. «No se entiende por qué las obras aún no han empezado todavía cuando ya llevan mucho tiempo aprobadas y mientras, seguimos con la décima planta clausurada y con una larga lista de espera de dependientes para lograr una plaza», señalan desde CCOO, que ya han alertado «en numerosas ocasiones del estado de abandono de las instalaciones».
La problemática no es nueva en un edificio que se construyó en 1986 y que según los informes técnicos realizados en 2019 tiene numerosas deficiencias: una «mala práctica constructiva» en origen, «escasas labores de inspección y mantenimiento», obsolescencia y poca eficiencia de las carpinterías e inexistencia de vierteaguas, albardillas y goterones...
El proyecto que se prevé ejecutar –aún sin fecha de inicio– se incluye la reforma integral de la fachada y el aislamiento térmico para conseguir una mayor eficiencia energética que supondrá un ahorro de entorno al 30% de la energía. Mientras llegan esos ansiados trabajos la plantilla de la residencia y los aproximadamente 300 usuarios que alberga en la actualidad (tiene capacidad para casi 500) conviven con «humedades, goteras y claraboyas rotas, desconchones en las paredes y en muchas habitaciones...».
Eso en el interior de las instalaciones. Fuera, una red protege la fachada para evitar que se repitan las caídas de los cascotes que suponen un riesgo para las personas. «Todos tenemos en mente lo que ha pasado recientemente en el colegio Rey Pelayo y queremos evitar que esto se repita en la Residencia, por eso pedimos que empiecen cuánto antes las obras de reforma», reiteran CCOO y CSI.
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