Cruz Carantoña, Enrique Arenas, María y Martín (nietos), el director de EL COMERCIO, Ángel González; Adrián Ausín, Chema Allongo, Nacho Prieto, Andrés Presedo, Laura Fonseca, Olaya Suárez, Miguel Rojo, Cristina Tuero, Carlos Prieto, María de Álvaro, Virginia Carantoña e Ignacio Arroyo, ayer al mediodía, ante la escultura 'Evocación', donde rindieron homenaje a Francisco Carantoña Dubert. JUAN CARLOS ROMÁN

La perpetua luz de Carantoña

Tres ramos de flores de familiares, periodistas y jubilados rinden tributo al histórico director de EL COMERCIO en el 26 aniversario de su muerte

Adrián Ausin

Gijón

Sábado, 9 de diciembre 2023, 02:14

«Estamos muy agradecidos de que, año tras año, desde EL COMERCIO sigan recordando a nuestro padre con tanto cariño». Así se expresaba ayer la familia de Francisco Carantoña Dubert (Muros 1926, Gijón 1997) tras el homenaje en memoria de quien fuera 41 años director ... de este periódico celebrado ante la escultura 'Evocación' en Begoña. El artista, y amigo, Joaquín Rubio Camín dejó para siempre la silueta de Carantoña en ese parque que fue testigo silencioso, durante décadas, de sus idas y venidas, y un buen número de periodistas, en activo y jubilados, encabezados por el nuevo director, Ángel M. González, se citó un año más ante ella para recordarlo, junto a sus hijos y nietos, en el 26 aniversario de su fallecimiento.

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Tres ramos de flores fueron depositados al pie de la figura de acero corten. Uno, de la familia. Otro, del decano. Y un tercero, de los periodistas jubilados de esta casa, encabezados por Chema Fernández Allongo, quien en unos meses será octogenario. En la memoria de los presentes afloró, una vez más, la gratitud. Pues, para quienes conocieron a Francisco Carantoña en activo, «su legado sigue vivo». Unos recordaban ayer su defensa de los periodistas de la redacción, la confianza que les transmitía y la defensa inquebrantable de los intereses de Gijón. Otros, su vasta cultura, el amor por la pintura, el gusto por la naturaleza, la sensibilidad para analizar, describir y retratar una ciudad con la que se fundió como si pasaran a formar un solo ser. De la actualidad dio cuenta Carantoña en la página 3 con la firma C. Y de su costumbrismo, en el pequeño artículo de la última titulado 'La vida y sus vueltas' y firmado Till, seudónimo que tomó de Till Eulenspiegel, un divertido viajero, bufón y burlón alemán del siglo XIV.

El molinillo de Till

El pasado 1 de diciembre, EL COMERCIO recuperó en su artículo de la página 3 aquel encabezado, con una pequeña adaptación en el enunciado ('La ciudad y sus vueltas'), y las mismas aspas del molinillo de juguete que aireaban el incomensurable talento de la prosa carantoñana. Una 'evocación', como la de Camín, que preserva la memoria del director más longevo de la larga historia del decano de la prensa asturiana.

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