Manuel Jabois: «Ser periodista de un diario local de verdad te educa para escribir de lo que sea»
Escritor y periodista ·
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«Me leo, me miro en el espejo, me visto y me escucho con menos incomodidad a medida que pasan los años»«Yo soy un periodista local», contesta Manuel Jabois (Sanxenxo, Pontevedra, 1978) cuando se le recuerda su incursión en distintos géneros literarios. Lo es. Y también un extraordinario novelista. Podremos escucharlo el día 19, a las 21 horas, en el Antiguo Instituto.
–De 'Miss ... Marte', su nueva novela, ha dicho que cree que ha dado dos saltos adelante, que tiene más experiencia. ¿Siente que su escritura ha madurado?
–Ha madurado mi relación con los personajes y el modo de conducirlos. Lo que siento es que mejoro en la repetición, en la práctica y en la disciplina, así que yo pensaba que una nueva novela sería mejor que la anterior del mismo modo que me leo con menos incomodidad cada año que pasa. Me leo, me miro en el espejo, me visto y me escucho con menos incomodidad a medida que pasan los años que es otro rasgo de progresismo, con un final tremendo.
–Se desarrolla en la Costa da Morte, en su Galicia natal. Y la protagonista es periodista, su oficio. ¿Es su novela más personal?
–'Malaherba' era mucho más personal e íntima, había más de mí en el niño protagonista que de la periodista en 'Miss Marte'. El periodismo en esta novela es una excusa y un vehículo con el que contar la historia.
–Una reflexión sobre el peso del pasado en el presente y la capacidad para dejar huella en los demás. ¿Quién le ha dejado una profunda huella?
–Uno que ya no ha vuelto a pisar, pero del que encuentro siempre nuevas huellas a través de los actos que dejó en vida o del trabajo que dejó escrito, David Gistau. Te contaré un secreto ahora que ha pasado el tiempo: ha dejado tal huella que hay una inflexión concreta de él al acabar alguna frase que la tengo yo. Ahora se ha quedado para siempre.
–Es su tercera novela. La anterior, 'Malaherba', cosechó un gran éxito de crítica y público. ¿Le condiciona a la hora de escribir la siguiente?
–No me gusta hablar de éxitos ni de grandes éxitos. No por coquetería, sino porque no me gusta hablar de fracasos ni grandes fracasos. El éxito de 'Malaherba' fue publicar en Alfaguara y terminar en un catálogo que marea de los nombres que tiene. Recibir el libro y saber que estaba 'dentro', me ilusionó un montón. Y pensé que si había publicado uno, podría publicar varios.
–Novela, ensayo, recopilación de artículos, reportaje novelado.... Se atreve con todo.
–Yo soy periodista local. Así aprendí el oficio y así lo ejercí media vida. Periodista de un diario local de verdad, de los que atienden a los vecinos. Eso te educa para escribir de lo que sea, donde sea y como sea.
–Se ha estrenado como guionista, con un clásico, 'El asfalto'. ¿Cómo ha sido la experiencia?
–Fascinante. Paula Ortiz, la directora, es una tía con las cosas clarísimas de la que aprendí mucho y me dio la oportunidad de ponerme con la historia de Chicho Ibáñez Serrador. Tengo mucho que aprender, y creo que por eso me gusta tanto y repetiré.
–'Miss Marte' es una historia de familia, secretos y mentiras que tiene vínculos con la primera novela. ¿Le cuesta desligarse de las historias anteriores?
–No, pero me gusta reconocerme y que los lectores se reconozcan en ellas. Muchas veces al acabar una novela me preguntaba qué habrá sido de aquel y este personaje.
–El periodismo es una cuestión de fondo a lo largo de la novela.
–Y de la vida. Periodismo es contar cosas. Contamos cosas desde que aprendemos a hablar y hasta que nos olvidamos. En el periodismo hay una sofisticación. Y esta novela va de eso: de hasta dónde podemos contar nosotros y hasta dónde puede contar el periodismo.
–¿Le gusta el periodismo actual?
–Se hacen muchos periodismos y a mí, como a la mayoría, me gusta el bueno, el que hacen profesionales con credibilidad y talento. Que hay muchísimos.
–Cuando ocurren acontecimientos como los asesinatos de los dos periodistas, recientemente, ¿cree que se valora más nuestro trabajo, las dificultades a las que nos enfrentamos?
–Especialmente el suyo, el trabajo cuyo máximo peligro no es caerle mal a un diputado sino que te maten a tiros. Y estaría bien que los que empezasen a valorarlo fuesen los propios medios.
–«He venido a la vida a pasármelo bien», ha dicho. Este año ha sido duro para usted. ¿Cómo le ha afectado literariamente?
–No he tenido la intención de hacer literatura de la pandemia, de la muerte de David o de la muerte de mi última abuela.
–¿Qué hemos aprendido de la pandemia?
–Lo sabremos en la siguiente, así que espero no saberlo nunca.
–Si le dan a elegir, ¿se queda con el lápiz o con la goma de borrar, como su protagonista?
–Un lápiz sin sacapuntas. Creo que es lo que me conviene.
–¿Qué espera de su paso por la Feria del Libro de Gijón?
–Lo que recibo en las ferias, cariño. El cariño de reencontrarnos y de saber que estamos bien, en la medida de lo posible, todos.
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