Carmen Moriyón
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Carmen Moriyón
El mismo pulso en el quirófano que en dar mimo a sus cameliasCon 15 años, Carmen Moriyón ya tenía claro que quería dedicarse a la medicina. E incluso tenía dos referentes principales. De la televisión, Félix Rodríguez de la Fuente —médico antes de saltar a la fama como divulgador medioambientalista—, porque los viernes, tras el colegio, se quedaba un rato más en el Santo Ángel recibiendo clases particulares de matemáticas y, al acabar, las monjas la dejaban viendo sus documentales hasta que su padre llegara a recogerla. El otro, más cercano, José Muñiz, médico de familia de Somió, parroquia a la que lleva ligada toda su vida y en la que ahora vive muy cerca del Hospital de Cabueñes, su lugar de trabajo desde hace 31 años.
Nacida el 25 de octubre de 1966, pasó la infancia con sus padres, su hermana menor y sus abuelos maternos en La Providencia, en una casa en la que tras el colegio echaba una mano con el ganado, la huerta, el prao... Su padre, Maximino, trabajaba como comercial para Unión Cervecera y acompañándole a sus gestiones pendientes de fin de semana conoció buena parte de la geografía asturiana. Su madre, Margarita, se formó como modista -porque la abuela siempre quiso evitarle a sus hijos la dura vida del campo- y tras trabajar en un taller de costura y cosiendo en casa, llegó a abrir una mercería. Fue ella, «más urbanita y amante de la playa», la que hizo que, siendo Carmen adolescente, la familia se mudara del entorno de Estaño al de San Lorenzo, en la calle San Bernardo, aunque siempre que podía se escapaba a su refugio de la zona rural, ya fuera para comer y pasar el fin de semana con los abuelos o en busca de calma cuando los concursos de tonada en el Náutico le impedían concentrarse para los exámenes de Medicina.
Del Santo Ángel a la Inmaculada. Y de ahí, a la Universidad de Oviedo. Y al principio pensaba especializarse en Psiquiatría, pero desde que pisó por primera vez un quirófano durante sus prácticas en el servicio de Cirugía de Cabueñes ya no se vio en otro sitio. Y aunque aún le tocó escuchar discursos tratando de disuadirla de optar por la cirugía general -«niñina, son intervenciones muy largas para una mujer, coge mejor ginecología o pediatría»-, acabó especializándose en ella, centrándose casi por eliminación -otros órganos estaban copados- en la mama bajo la guía del doctor Javier Pelletán, junto a quien en 1998 puso en marcha la actual unidad de mama.
De él aprendió desde el principio que «es tan importante tratar el cuerpo como el alma», y no solo operar bien, sino acompañar a la mujer en todo el proceso. «Es muy cercana con sus pacientes, que siempre preguntan por ella y para quienes siempre sabe encontrar un hueco», señala el actual jefe del servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo de Cabueñes, José Carlos Fernández, quien define a Moriyón como «una profesional 'top' a nivel nacional, que además de crear la unidad de mama ha sabido transmitir muy bien sus conocimientos a las generaciones jóvenes». Añade que «es generosa, leal y trabajadora. Y pese a su veteranía y ser un peso pesado, acata la jerarquía sin problema alguno». Pone de ejemplo cómo el mismo día siguiente a las elecciones autonómicas de 2019 -en las que optó a la presidencia del Principado- se incorporó al servicio asumiendo las guardias que hiciera falta.
En 2011 aceptó probar la experiencia de la política y acabó ostentando la Alcaldía durante ocho años. Desde 2018, además, es presidenta de Foro Asturias, con el que ahora asume, con más vértigo que la primera vez por la exigencia de tener que mejorar lo realizado entonces, una nueva candidatura a la Alcaldía. «Desde que decidió dar el paso, que le costó, es todo energía. Va a un ritmo frenético, tirando de todos, que casi tenemos que ir a rebufo porque su capacidad de trabajo nos supera. Pero se estudia todo con una precisión quirúrgica: subraya, anota...», explica Jaime Fernández-Paíno, secretario de la comisión directiva de Foro en Gijón y Oviedo y asesor del grupo municipal desde 2017.
La política y el hospital le dejan poco tiempo libre, que prefiere pasar en casa, donde desconecta durante horas cuidando el jardín y donde convive con Ulises, un mastín de siete años, y ahora también con una «gata 'okupa'» que se mudó desde la finca vecina. Allí le gusta pasar largas sobremesas con amigos, ya sean su grupo más íntimo de seis amigas de toda la vida o las amistades creadas en el entorno laboral y político. Entre ellas está el exconcejal Fernando Couto, quien la define como «una amiga leal y el primer apoyo que encuentras en cualquier momento de adversidad. Duerme poco y trabaja mucho, pero siempre encuentra hueco para sus amigos».
Sus paseos por el Muro o el Cervigón, cuando puede los traslada a las Rías Bajas o sus amadas playas de Cádiz. Con su marido —el cirujano José Ramón Rodríguez-Galindo, fallecido en 2009— compartía una gran afición a los toros. Prefiere las series de política a las de médicos y cita como película favorita 'Forrest Gump', que ha visto al menos catorce veces. Y en la música le gustan Pink Floyd y Bruce Springsteen, de quien estos días está leyendo su biografía.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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