Pepín Prieto 'El operador'
DE SOMIÓ A CIMADEVILLA ·
En la época del cinematógrafoJANEL CUESTA
Lunes, 11 de julio 2022, 00:37
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DE SOMIÓ A CIMADEVILLA ·
En la época del cinematógrafoJANEL CUESTA
Lunes, 11 de julio 2022, 00:37
No es nada aventurado pensar que al mencionar la palabra 'operador' las nuevas generaciones crean que nos estamos refiriendo al que 'opera' en diversas actividades e incluso una de ellas podría ser en la mesa de operaciones de un hospital; pero los viejos del lugar que hemos sido testigos de lo que podemos llamar la época dorada del cinematógrafo, cuando las salas de los cines de Gijón se llenaban a diario y muy especialmente los fines de semana -lo que propiciaba tener que reservar las entradas con anticipación-, sabemos muy bien lo que por entonces representaba la figura de aquellos señores que desde una cabina situada al fondo de la sala eran los responsables de que a través de las luces que proyectaban sobre la pantalla todo funcionase a la perfección, por que en caso contrario, algo que acontecía en escasas y raras circunstancias, el pataleo y los silbidos podían dar al traste con todo el espectáculo.
Pues bien, estos operadores no solo alcanzaban un buen nivel profesional; si no que además gozaban de una bien ganada popularidad, ya que era frecuente que trabajasen a destajo y en varias salas de cine a la vez, y por si fuera poco al ser frecuente que los jóvenes aficionados al cine coleccionasen las llamadas 'vistas' o partes de la película que por diversos motivos sobraban por causa de cortes y empalmes de la cinta, el contar con la amistad de un operador era todo un privilegio.
Los gijoneses 'de siempre' recuerdan a algunos de aquellos famosos operadores como Julio Nuño, padre del que fue famoso artista 'Ramoncín'; Emilio Guerrero, Manuel Rodríguez, que fue el que proyectó la última película en el cine María Cristina de la calle Corrida y, por supuesto, nuestro personaje de hoy José Antonio Prieto Álvarez, que llegó a proyectar las películas en el Cine Avenida de la calle Álvarez Garaya y en los Campos Elíseos que siguen dejando nombre al cruce entre la avenida de la Costa y la calle Ramón y Cajal.
José Antonio Prieto o 'Pepín Prieto' como todos le llamaban, nació en Gijón, en la calle Capua, el día 18 de septiembre de 1911. Fue el segundo hijo del matrimonio formado por los gijoneses María Álvarez y Juan Prieto Alonso que trabajaba de portero en la Fábrica de Vidrios. El joven José Antonio mientras estudiaba aprovechaba todos los momentos libres para acudir al cine, ya que entraba gratis en el Salón Imperio de Begoña y cine Avenida de la calle Álvarez Garaya, donde su hermana Jesusa trabajaba de acomodadora y ello también permitía al jovencísimo 'Pepín' entrar en las cabinas, observando y luego colaborando y aprendiendo la profesión que años más tarde sería su gran pasión ya que aunque comenzó a trabajar en el conocido comercio de 'Electrogás' en plena calle Corrida, previo acuerdo con los dueños de la empresa, llegó a disfrutar del pluriempleo, trabajando por las mañanas en dicho establecimiento y por las tardes ejerciendo de operador e incluso llegó a montar los proyectores del cine Hernán Cortés, Universidad laboral y otras salas en Vigo y León.
Mas, no obstante su gran actividad laboral, Pepín Prieto no tuvo una vida nada fácil, pues al ser reclutado durante la Guerra Civil por el Ejército Republicano, más conocido como 'los Rojos', ejerció de correo a través de toda Asturias sobre una motocicleta, con la que tuvo un grave accidente que le dejó cojo de una pierna para el resto de sus días. Contrajo matrimonio con la orensana Pilar Sánchez Alonso y tuvieron tres hijos: Pilar, María Josefa y Ángeles, esta última regenta la franquicia de 'Santiveri' en Gijón y recuerda cuando su padre les comentaba los aplausos del público ante las canciones de Carlos Gardel, que les llevaba a repetir una y otra vez las escenas o cuando 'el día familiar' en Los Campos Elíseos, era imposible controlar la entrada de los chavales que llegaban a saltar por encima de los porteros, como es de suponer dado el éxito de los cines los domingos, el trabajo de operador le privaba de ver los partidos del Sporting, una de sus grandes pasiones.
José Antonio Prieto se jubiló en el año 1976 cuando ya se había establecido con otros socios con el comercio 'Unitec', en la calle Llanes, y recibía una inesperada paga como mutilado de guerra. Falleció en Gijón el 16 de junio de 1984, a los 72 años de edad. Con él se nos fue una gran parte de la historia, del cinematógrafo en este Gijón del alma.
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