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Los operarios hacen una foto a Don Pelayo tras colocarle su disfraz. UCHA

Don Pelayo batalla contra la covid

Aguja en mano y sin mascarilla, inyecta la vacuna al propio virus desde lo alto de la fuente de la plaza del Marqués

Sábado, 26 de febrero 2022, 00:25

Se dejaba ver en las sonrisas de los gijoneses, el Antroxu ya esta aquí. Así lo demostraron las doce charangas que, a ritmo de tambores, desfilaron en la tarde de ayer por las calles de la ciudad hasta llegar a la plaza Mayor. El ... parón a causa de la pandemia no consiguió hacerles perder ni un poco de ritmo. «Estamos muy emocionadas, teníamos demasiadas ganas de volver a la calle y a la normalidad. Ahora solo nos falta quitar la mascarilla». Con esas palabras, Dulce Marcos y María Antonia Gutiérrez, bailarinas de la charanga Os Brasileiros do Xixón, describían el sentir de volver a pisar la calle.

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Una emoción que era compartida por la familia charanguera de la ciudad, que no dudó en echarse a la calle. «Por fin estamos quitando el mono que teníamos de Carnaval. Nos hace aún más ilusión que en años anteriores», reconocían César Montero y Luján Rodríguez, de Folixa pa Toos.

Entre el público, las ganas no eran menos. «Esto anima a cualquiera, entre el pregón, las canciones y luego ver el disfraz de Pelayo, presta por la vida», aseguraba Maite Valle quien, acompañada por su nieta de trece años, no quiso perderse el pistoletazo de salida del Antroxu 2022 y ayer acudió al pasacalles y al pregón.

El frío tampoco supuso un impedimento para los charangueros, de hecho, ni lo sintieron. «Estamos tan nerviosos que ni se nota. Teníamos ansia de volver a hacer ruido y de ver a la gente por la calle y alegre», explicaba Cristina Pérez, de Los Mazcaraos.

«En secreto»

A Javier Blanco, de los Restallones, la elección del disfraz de Pelayo siempre le tiene en vilo. «Lo mantienen en secreto hasta el último momento. No nos dicen nada ni a las charangas», explica. Y el de este año no fue para menos. Aunque tras dos años de pandemia era de esperar que fuesen por ahí los tiros, muchos se preguntaban si el atuendo elegido para la estatua haría alusión a la covid. Y así fue. Pelayo se convirtió en una suerte de enfermero, en plena batalla contra el virus.

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Aguja en mano, este Antroxu Don Pelayo trata de derrotar al virus inyectándole directamente la vacuna. A los pies de la estatua del primero de los reyes de Asturias luce un cartel con una pregunta que compartía el público: «¿Hasta cuando abusarás Covid, de nuestra paciencia?». «Eso nos preguntamos todos», señalaba Vicente Fernández al leer el cartel.

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