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Ana González no dio puntada sin hilo en la rueda de prensa de ayer. Aunque reconoció que «quería ganar, pero no por ello me siento decepcionada», confió, con cierta retranca, en que ahora el proceso de primarias sea precisamente esto. «Los militantes podremos elegir ... entre varias candidaturas, estoy segura, en aras de esos procesos democráticos que defendemos y que, como nos han explicado en el proceso que acabamos de vivir, para que la militancia pudiera elegir».
Ella, de mano, ya dijo que no participará pero cree que «sea quien sea el candidato liderará un buen equipo y volverá a ocupar la alcaldía de Gijón».
De sus planes, en el corto no tiene planes, recalcó que «me gusta la política», pero dijo que en su caso es una afortunada porque siendo funcionaria puede entrar y volver con mayor facilidad. «Soy bastante buena profesora». De hecho, ahora mismo su único plan, más allá del junio de 2023 es volver a dar clase. «Nadie me ha ofrecido nada», insistió.
Dijo que «en ningún caso me he planteado dimitir» porque una cosa es el gobierno y otra el partido. «No hay que confundir lo orgánico con lo institucional». Ana González separó que haya habido un proceso interno con el compromiso que tiene con los ciudadanos que la votaron, e ironizó con que «¡ojalá las 46.000 personas que nos votaron fueran militantes!».
En el corto plazo tendría que lidiar, por ejemplo, con el Plan de Movilidad, que tiene que estar listo el 1 de enero de 2023. «Tenemos un programa electoral, un compromiso con la ciudad y un pacto con Izquierda Unida», señaló. Aunque, quedará interrumpido porque recordó su compromiso era por ocho años.
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