El Helimer Cantabrico, pilotado por la concejala Nuria Bravo, pasa por la bahía de San Lorenzo ante la atenta mirada de miles de espectadores. FOTOS: ARNALDO GARCÍA Y JESÚS MANUEL PARDO

Los paracaidistas, el Eurofighter y los acróbatas, los grandes favoritos

Las miles de personas que abarrotaron la bahía gijonesa desde Cimavilla hasta el Tostadero aplaudieron las difíciles y espectaculares maniobras

María Agra y Lidia Fernández

Gijón

Domingo, 28 de julio 2024, 21:35

Un año más la bahía gijonesa se llenó de visitantes y autóctonos que esperaban con máxima expectación a que los helicópteros, cazas, ultraligeros y aviones militares hicieran su aparición estelar por el cielo de la ciudad. A pesar de que parecía que el tiempo no iba a acompañar al gran día, la niebla y el frío dieron una tregua a los más de 280.00 espectadores que estuvieron más de tres horas y media observando las maniobras y piruetas de las aeronaves. Entre ellos, Almudena Gómez, que vino de Posada de Llanera y no se pierde la cita ningún año: «Este año da gusto estar aquí porque no hace ni mucho sol ni mucho calor».

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Sin duda, los más esperados eran el Eurofighter y la Patrulla Águila, que cada año arrancan el aplauso de todos los aficionados a este evento, pero también de los que son novatos y es su primera vez, como el madrileño Javier Lira, al que le encantó la experiencia: «Estamos de vacaciones aquí y no sabíamos que había este festival y cuando lo vimos decidimos acercarnos». No dejó indiferente a nadie el espectáculo que dieron los paracaidistas de la Patrulla Papea. Algunos, incluso, no dudarían en experimentar en su propia piel estas maniobras: «Yo me subiría sin duda, es espectacular», confesó Mario López, avilesino, que iba acompañado de su hijo Carlos, al que lo que más le gusta es el caza. Para la gijonesa Eugenia Meana fue la primera vez: «Siempre me coincide que trabajo y este año me convencieron para venir y no me arrepiento». Y, para otros, hacía tanto que no venían que es como si fuera la primera vez: «Este año me he dejado sorprender porque hacía como cuatro años que no lo veía. Sin duda las acrobacias de Camilo Benito me dan muchísima envidia, aunque yo no me subiría», decía Beatriz Vega, entre risas.

Algunos de los accesorios indispensables para aquellos que estaban en el Cerro eran los prismáticos y los cascos, de los que iba acompañada Laura Delgado, que reconocía que «me debato entre si me gusta o no por la mezcla del ruido y emoción. Este show dispara mucha adrenalina». También hay para quien es de alabar la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que participan en esta cita y «da gusto verlos hacer las maniobras. Los que más me gustaron fueron los bomberos», contaba Loli Valiente.

Mientras, a lo largo de la playa de San Lorenzo, entre las miles de personas que abarrotaban el paseo del Muro y las zonas habilitadas en el arenal con la esperanza de encontrar el mejor sitio para ver el espectáculo, estaban Sergio Velasco y su pareja, ambos de Bilbao. Era su primera vez. Vinieron a pasar unos días a la ciudad y el certamen les cogió «de casualidad», pero no quisieron perdérselo. Lo que más les llamó la atención fueron «los helicópteros, que a mí en concreto me parecen espectaculares», afirmó Sergio. También fue la primera ocasión de la leonesa María Jesús López y su familia, aunque en su caso vinieron «expresamente para ver el festival; siempre nos enteramos a toro pasado y este es el primer año que no es así», apuntó. Lo que más les gustó, sin duda, «fue el Eurofighter».

El que intenta no perderse ninguna edición es Iván Rodríguez. Acostumbrado a estar en contacto con militares por su profesión (es el administrador del Santuario de Covadonga), es un gran aficionado de todo lo relacionado con las aeronaves militares. Su parte favorita del espectáculo fueron «los paracaidistas de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (Papea)». Para Pilar Crespo y su marido, de Burgos, fue fascinante ver al último acróbata, Juan Velarde, que «no paraba de subir, bajar y hacer giros. Me ha parecido impresionante y muy complicado de hacer», destacó. Sin embargo, Alejandro Fernández y su hijo Leo, de Santander, no pudieron escoger un momento del espectáculo: «Es una exhibición muy grande y el ambiente que se crea es lo mejor», señaló.

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